31.12.08

Más libros

Desde Santander, Alberto Santamaría me hace llegar El poema envenenado, el libro de ensayo que publicó Pre-Textos. Como aperitivo, he podido disfrutar de El alma de un oso blanco (La mirada creadora), una breve antología poética de su admirado paisano Luis Felipe Vivanco -un autor casi olvidado que, por cierto, tan bien escribió sobre la obra de Ortega Muñoz- al que ha añadido un penetrante prólogo que lo vuelve a situar en el mapa lírico de su tiempo.
Ya conocía Un animal rozado por el tiempo, de María José Flores. Por la sencilla razón de que uno tomó la decisión de publicarlo. Julián Rodríguez ha cuidado una preciosa edición que se ajusta de la mejor manera posible a la palabra esencial de la poeta de Burguillos.