Después de leer esta novela de Patrick Modiano ya no tengo dudas respecto al fervor que un puñado de escritores patrios han venido dispensado al autor de Un pedigrí. Lo merecía de sobra. Lo merece, mejor. Ésta es, además, una novela mayor, y no porque tenga más páginas que ninguna de las suyas que también he leído. No exagero si me digo que es una de las mejores novelas de mi vida. Obtuvo el premio Goncourt y, estoy seguro, el de cualquier lector que se acerque a ella. Sólo una cosa me sorprende: que Modiano haya tardado tanto tiempo en abrirse paso entre nosotros. Porque lo "modianesco" es, a pesar de su aparente sencillez, grande. Hablo, claro, de literatura. No me extrañaría que sus fieles seguidores se estén riendo de los recién llegados por lo bajini. Y que estén incluso molestos porque crítica y lectores hayan sacado de sus oscuras calles parisinas a este inmenso escritor.