Amigo Álvaro,
Cada año el otoño e invierno son más duros con su poca luz y sus noches largas. Con los años crece el pesimismo, y cuando intento escribir algo un poco alegre, los versos se niegan a expresar más que abatimiento.
Cada año el otoño e invierno son más duros con su poca luz y sus noches largas. Con los años crece el pesimismo, y cuando intento escribir algo un poco alegre, los versos se niegan a expresar más que abatimiento.
La mano en la cabeza (Año nuevo 2010)
Cuando uno de los niños o de los nietos
se había extralimitado,
la abuela serenamente decía:
Ay, niño, pon tu mano en la cabeza
y mira quién está debajo.
A menudo y más a menudo
pongo mi mano en mi cabeza calva, fría.
Sobre todo: en el día de año nuevo
le deseo sabiduría y esperanza
al hombre debajo de esta mano,
pero sólo siento que crece la calvicie
y el frío.
se había extralimitado,
la abuela serenamente decía:
Ay, niño, pon tu mano en la cabeza
y mira quién está debajo.
A menudo y más a menudo
pongo mi mano en mi cabeza calva, fría.
Sobre todo: en el día de año nuevo
le deseo sabiduría y esperanza
al hombre debajo de esta mano,
pero sólo siento que crece la calvicie
y el frío.
Mis deseos para los otros son mucho más alegres, les deseo a todas y todos, todas las riquezas y bellezas del mundo. Nuestras intenciones a veces nos hacen sentir algo de calor y bondad en el corazón. Si sólo los deseos pudieran ayudar a los otros.
Contra los malos momentos te deseo consolación en la poesía, y para los buenos te deseo alegría y triunfo en la poesía. De una u otra manera, la vida está siempre relacionada con la poesía.
Un abrazo,