Maria Jesús Manzanares me informa de la muerte, el pasado jueves, del escritor salmantino, afincado en Jaraíz de la Vera, César Martín Ortiz. Una desagradable sorpresa. Ni siquiera sabía que estuviera enfermo. María Jesús recuerda en su blog la publicación del librito de Alcancía y publica uno de sus cuentos. Uno, por su parte, se acuerda de cuando le pedí un texto para Gavetas de Gavetas, el homenaje de la Editora Regional a Fernando Pérez con motivo de la primera decada de esa colección que tantas satisfacciones le diera, donde apareció su libro Nuestro pequeño mundo (2000). Un libro, por cierto, que como otros de La Gaveta fue acogido muy favorablemente por la crítica nacional; por ejemplo, en una reseña de El Cultural firmada por Ricardo Senabre.
Me costó dar con CMO para que colaborase en el citado homenaje. Lo curioso del asunto es que apenas dos días después de hablar con él por teléfono me lo encontré en la calle de Los Quesos, aquí en Plasencia. Fue la única vez que estuve con él cara a cara. Era aún más huidizo como yo.
Su obra breve pero necesaria, apenas un puñado de poemas y otro de cuentos, merecería ser reunida y editada debidamente. Ojalá alguien tome esa iniciativa.
Me costó dar con CMO para que colaborase en el citado homenaje. Lo curioso del asunto es que apenas dos días después de hablar con él por teléfono me lo encontré en la calle de Los Quesos, aquí en Plasencia. Fue la única vez que estuve con él cara a cara. Era aún más huidizo como yo.
Su obra breve pero necesaria, apenas un puñado de poemas y otro de cuentos, merecería ser reunida y editada debidamente. Ojalá alguien tome esa iniciativa.