16.12.10

Debilidades (3)

Siento debilidad por los poetas que se compran camisas en Katmandú; por los feroces y del extremo que posan con traje de chaqueta y corbata cual académicos de Argamasilla o marqueses de Proserpina; por los que escriben versos tales como: «Todos juntos huyendo de la Casa de la Troya / después de haber vomitado largamente / sin pagar» o «Están resonando con alegría / los cánticos de mi tierra / en los grandes almacenes / en los grandes almacenes / ¡Soltad la pasta, cabrones, / que es nochebuena!» y se quedan tan panchos y hasta perdonan la vida (es un decir) a los "grandes poetas" de "línea consolidada, sin sorpresa"; por los marginales y libertarios que ganan becas y ayudas de la Administración; por los que se cansan "del ambiente mortecino y esclerotizado de la universidad" y luego imparten en ella talleres literarios a costa, claro, del erario; por los que manejan con soltura conceptos como el de Segunda División (o Primera Regional) y luego no saben (es otro decir) si Guardiola es el portero de la selección española; por los que llegaron a este "páramo" en 1992 y redimieron a la pobre poesía extremeña "rompiendo moldes"; siento, en fin, debilidad por los poetas de "lengua radical" cuya poesía no radica precisamente en la lengua.