"Me gustan los libros fragmentarios, esos dietarios donde conviven pacíficamente aforismos, pequeñas prosas, estrictos o poéticos apuntes de la observación cotidiana... Me gustan mucho". A uno también, por eso he disfrutado con El juego de la taba (Calambur), de Elías Moro, que es el responsable de esas palabras, un autor bien conocido en Extremadura, donde reside desde primeros de los ochenta, y cada vez más leído fuera gracias a libros como éste y a las anotaciones de su blog. Además de escenas y situaciones de la vida diaria, aparecen en sus páginas muchas reflexiones sobre la poesía y menudean las citas de escritores, pues Elías es, sobre todo, un ávido lector, de gustos variados, aunque no disimule, ni aquí ni en otros sitios, su pasión por los poemas de sus queridos Viñals, Campos Pámpano, Mestre, etc. No creo que haya una manera mejor de acercarse a este escritor, nunca mejor dicho, de cuerpo entero.