"Es lo que toca", concluye el periodista Antonio Sánchez-Ocaña en su brillante artículo de Hoy. Me temo que es lo que ha tocado siempre, al menos desde que tengo memoria. Lo pensaba ayer en el paseo, al lado del río: uno rodea cada tarde una ciudad muerta. Y lo peor es que no exagero. Nuestra resignación es indignante.