Antonio Gracia llevaba tiempo pidiéndome un poema para la particular antología que va editando en su blog, Mientras mi vida fluye hacia la muerte. Ya está allí.
"El lector", que así se titula, se basa, sólo eso, en una visita que hice a mi paisano Carlos Córdoba, filósofo secreto, en su piso de la Avenida, unos años antes de su muerte. Trazo un retrato aproximado, lleno de admiración y de afecto, de aquel sabio paseante placentino al que todavía echo de menos en mis recorridos por este humilde laberinto.
"El lector", que así se titula, se basa, sólo eso, en una visita que hice a mi paisano Carlos Córdoba, filósofo secreto, en su piso de la Avenida, unos años antes de su muerte. Trazo un retrato aproximado, lleno de admiración y de afecto, de aquel sabio paseante placentino al que todavía echo de menos en mis recorridos por este humilde laberinto.