10.3.13

La escultura de Morán

Toni Gudiel. El Periódico Extremadura















La semana pasada, después de la presentación de Plasencias, un pequeño grupo de amigos estuvimos tomando algo en La Puerta de Tannhäuser, que, por cierto, no deja de ser uno de los mejores lugares para hacerlo. Al salir, vi con cierta estupefacción cómo a una chica joven, treintañera, con buen aspecto, le hacían una foto encima de la escultura de Antonio Morán, Escena Tercera, situada en la plaza de Ansano, la que ganó hace años el III Premio Internacional de Escultura de Caja Extremadura.
La mujer estaba sentada encima de la figura que tiene su cabeza enterrada en la arena. Una arena que ya no es lo que era, que ha perdido su condición original, las sugerentes y deliberadas formas que hacía, la intención que provocaba en el espectador atento. La obra está dañada y Morán lo denuncia. En vano, hasta ahora. Primero se colocó donde no era. Al parecer, un camión de reparto la golpeó hace tiempo. Eso y, además (por más que Morán lo niegue o lo ignore), el vandalismo de esta ciudad de aventajados vándalos, se han encargado de lo demás. Mejor, en todo caso, evitar la dejadez, ese mal tan nuestro, y, con su buena voluntad, facilitar que el artista vuelva a dejar la obra en su estado original. Hasta que vuelvan los ataques.