Esta vez se ha retrasado un poco su llegada. O acaso mi impaciencia era mayor. Había leído por aquí y por allá algunas opiniones sobre este número de la revista Clarín y estaba deseando tenerlo en las manos. Por ejemplo, para completar la particular visión de Andrés Trapiello sobre su querido Juan Ramón. Ha sido una estupenda idea publicar en papel sus dos conferencias sobre el poeta de Moguer, las que pronunció en la Fundación March el pasado invierno en torno a su vida y sus versos: "La vida hipocondriaca de Juan Ramón Jiménez" y "Poesía y verdad en Juan Ramón Jiménez".
Mucho me han gustado también los artículos "El secreto de Baroja. A propósito del estilo literario barojiano", de Francisco Fuster García, y "En la tumba de Borges", de Antonio Bravo ("and ne forhtedon na": "que ellos no temieran"), unas pesquisas con aires de novela policiaca.
Por mi devoción por lo monacal, he disfrutado con "Desiertos de vida retirada. La soledad sonora en la noche, el cántico y la llama", de Pedro García Martín (siempre me pregunto si este colaborador habitual será hermano del director de la revista).
Con gusto he leído también los diarios mexicanos de mi paisano, el diplomático, traductor y poeta Luis María Marina. Y "Sándor Márai y la nostalgia del mundo de anteayer", de Maurizio Serra (aunque me haya chocado leer que su hijo murió "a causa de un émbolo").
Aunque suelen pesar sobre nosotros las primeras versiones leídas de tal o cual poeta extranjero, no he podido resistirme a los encantos de las nuevas traducciones de Cavafis (¡qué poeta!) realizadas por Juan Manuel Macías. Cinco poemas (entre ellos un impecable "Esperando a los bárbaros") que le dejan a uno con ganas de más.
Magnífica me ha parecido la entrevista de José Antonio Llera & Louis M. Bourne al veterano Antonio Ferres. "Tengo 89 años. A veces pienso si no sería mejor quedarme dormido definitivamente uno de estos días y dejarle el gato a mi amiga Fuencisla", dice. Y más adelante: "La poesía es la punta de lanza de la literatura. (...) Si un escritor antes no ha hecho poesía yo siempre tengo reservas respecto a su obra". Por cierto, tengo que localizar su Caminando por Las Hurdes.
Tampoco me ha decepcionado el diario de viaje de Benítez Ariza en Tánger; mal que a uno le pese, cada día más de moda. Ni el paseo por Perugia de Bernardo Fáñez (que en principio creí un heterónimo de Martín, pero que existe, es profesor universitario, como él, y "otro enamorado" de esa ciudad italiana), ni la reflexión de Carlos Moreno Guerrero sobre el declive y desafección del periódico El País.
A falta de algunas lecturas, dejo para el final lo que debería haber comentado al principio, aquello que, sobre todo, iba buscando en esta entrega. Me refiero a "Variaciones sobre lo inexplicable", del poeta Francisco Alba, un impresionante texto, por llamarlo de alguna manera, sobre la inesperada y accidental muerte de su todavía joven mujer. Hay que leerlo. Memorable.
No faltan, en fin, y como siempre, un puñado de reseñas (una mía, del último libro de Ripoll).
Redondo, sí, este Clarín.
Redondo, sí, este Clarín.