De Martín Rodríguez-Gaona (Lima, 1969) uno sólo conocía su ensayo Mejorando lo presente. Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes. Leo ahora, algunos meses después de publicado, Madrid, línea circular, un libro de poesía editado por La Oficina.
La obra ganó el premio de poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad y la deriva de ese veterano galardón, que estuvo en manos de editoriales como Visor y DVD, la ha llevado hasta la exquisita casa madrileña donde unos dibujos de Jacobo Pérez-Enciso ennoblecen aún más la bonita impresión.
No es la del madrileño de adopción una poesía al uso, ni carece de ambición y de maneras. En torno a un Madrid de ahora mismo, con todos los problemas que acucian a quienes viven allí, levanta Rodríguez-Gaona su particular mapa de circunstancias, consciente de que habitamos en una encrucijada tan apasionante como peligrosa. Madrid, sí, es el pretexto, la metáfora, y las voces y los tonos que se entrecruzan en los extensos, fragmentarios poemas que lo componen quienes dan fe de la múltiple, rica e inclemente realidad que nos ha tocado vivir. Poesía civil, digamos, para una época que demanda, sobre todo, la intervención ciudadana. Del poeta también.