12.1.15

Sibila

Gracias al mecenazgo de la Fundación BBVA y al riguroso trabajo de Patricia Ehrle y Juan Carlos Marset, la sevillana Sibila sigue en pie y publica su entrega número 44, impresa, como siempre, en el extraordinario papel de Amalfi fabricado por la casa Amatruda. 
Viene cargada de excelentes poemas y no menos sustanciosos relatos y ensayos firmados, entre otros, por Antonio Deltoro, Piedad Bonnet, María Ángeles Pérez López (sobrecogedor su "Animalerío"), Aurelio Major, Miguel Ángel Zapata (que lleva sus versos un reciente viaje a España), Fabio Morábito, José Luis de Juan, Francisco Jarauta, Pedro Serrano (con una suerte de reflexivos diarios), María Negroni y Eliot Weinberger. 
Tanto la cubierta como el dossier central ofrece obras de Eva Lootz (de la serie "Riotinto") y, según costumbre, se incluyen dos grabaciones; en esta ocasión, de Luis de Pablo: "Sombrío" y "Con Alcune Licenze". 
Quiero destacar los nueve poemas que Marset incluye en las últimas páginas de la revista, algunos dedicados a colaboradores de este número (Francisco José Cruz, Ilan Stavans -que dedica su texto a evocar a su maestro Gonzalo Sobejano, otro de los dedicatarios de estos versos-, la citada María Negroni y Luis de Pablo). Intensos, de impecable ejecución clásica y emotivos al límite. 
Uno, en fin, publica también cuatro poemas inéditos. Como éste, por ejemplo:

POMPEYA, MMXIV

A las ruinas se suman nuevas ruinas.
No deja de ceder el suelo aquel
donde se levantara una ciudad
que fue sin duda digna de los dioses.

Es la incuria (y acaso la barbarie)
de esta época atroz y envilecida
la que provoca esta desolación,
quien propicia que muera la belleza
que la lava fijó un aciago día.

Se une el maltempo a esa desidia,
testigo, por dos veces, del estrago.