28.10.15

Literatura y Política

La revista Puentes de Crítica Literaria y Cultural, que se edita en las ciudades cosmopolitas de Barcelona, Buenos Aires y Madrid, publica en su número 4, correspondiente al mes de abril de 2015, una encuesta titulada "Preguntas al aire" donde escritores de todos los géneros (hay poetas, profesores, narradores, críticos, dramaturgos, periodistas y traductores) responden a tres cuestiones sobre las relaciones entre la literatura y la política. Ya hubo una entrega semejante en el número anterior sobre el mismo asunto y la consulta ha sido respondida por un total de veintisiete personas. Estas son mis respuestas.

1- ¿Qué relaciones guardan la política y la literatura? Cualquier actividad humana es política. Hacemos política constantemente. Algo más evidente en los sistemas democráticos, donde el ciudadano la ejerce, digamos, con la debida naturalidad. La literatura no iba a ser menos. Hay incluso una literatura deliberadamente política, libros escritos para defender tal o cual punto de vista, a favor de esta o de aquella ideología. Con todo, hay formas más sutiles de significación política, que son las habituales, donde lo importante no es tanto poner en pie una determinada idea sino dejar caer opiniones y actitudes cívicas por entre las páginas. 

2- ¿Cómo puede ejercerse el compromiso político o la responsabilidad social desde la literatura? ¿Es esto deseable? A uno, que vive en un país razonablemente democrático –por más que llegara a sufrir los estertores de la dictadura franquista–, no le parece preciso mezclar literatura y política en términos de militancia, lo que no obsta para que respete a quienes lo hacen. Estoy a favor, sí, de los que se manifiestan en las calles (o dondequiera que sea) en contra de medidas que afectan a la ciudadanía: recortes, desahucios, privatizaciones, etc. Con todo, para uno lo fundamental es el voto. 
Distingo, en todo caso, entre lo que escritor lleva al libro y lo que hace como ciudadano. El escritor y el hombre (o la mujer). Sigo pensando, antiguo que soy, que el compromiso del escritor es, ante todo, con su propia obra. Y pocas dignas de ser denominadas “literarias” soportan esa ración suplementaria de compromiso político a las bravas. Manca finezza
No, no creo que sea deseable que ese compromiso se mezcle, en los libros, con la responsabilidad social. Aunque respeto a quienes toman esa opción, insisto, no comprendo al escritor que milita en un partido político. Será porque los he sufrido de cerca y...
Por otra parte, la gestión cultural ha venido siendo un ejemplo de sana (a ratos) colaboración entre políticos y escritores (o gente de la cultura), pero eso ya empieza a ser historia. En Extremadura hubo un tiempo...

3- ¿De qué modos y en qué casos se manifiestan hoy en la práctica literaria los vínculos entre literatura y política? Leo sobre todo poesía y, aunque en estos tiempos la problemática social ha pasado a formar parte de los versos de algunos poetas, no encuentro en los libros manifestaciones específicamente políticas. Como en los sesenta del siglo pasado, quiero decir. No parece que estemos ante una nueva “poesía social”, lo que no obsta para que esté de acuerdo con Luis Muñoz cuando afirma que, a la sombra de la crisis, tal vez en España se esté gestando una “poesía de testimonio”.
Como decía, todo es más sutil, está más elaborado y, en consecuencia, no es tan visceral y evidente. Y me parece bien que así sea. La literatura, por obvio que parezca, debe ser eso. Al menos como uno la entiende. No digamos la poesía, que de literatura, en sentido estricto, tiene lo justo.