Al final no pude asistir a la presentación en Centrifugados de la antología Cementerio Alemán. Yuste. Ni volver a participar en ninguna de las actividades del Encuentro de Cumbreño. La vida manda, y sus no siempre agradables circunstancias. No pude acompañar a Salvador Retana, editor del libro, director de La Rosa Blanca, y autor del Atlas fotográfico, todo un relato, una obra de arte que se incluye en la preciosa edición que él ha cuidado con un esmero digno de elogio. Ni a Miguel Ángel Lama, que estuvo en la aventura desde el principio, quien firma el luminoso prólogo que abre el volumen. Ni a Elías Moro, que ya anticipó en parte este florilegio en su blog. Ni, en fin, a Cristián Gómez Olivares, uno de los poetas que forman parte de su selecta nómina. Me dicen que tuvo el detalle de leer mi poema sobre ese lugar en vez del suyo, un gesto que le honra y que agradezco. Por allí andaba Bayal, que también ha puesto, por sorpresa, una certera línea en el libro, dentro del encarte "Errata". Y otros amigos a los que no pude ver ni saludar. Las aludidas circunstancias mandan. Un día de estos intentaré ofrecer aquí, de forma más detallada, mis impresiones sobre la antología. Por lo pronto, da gusto verla. Gracias.