25.10.16

Céntrica

En las aulas de Magisterio aprendió uno aquello de que el hablante es un ser cómodo por naturaleza. De ahí que digamos las cosas como las decimos, sobre todo en estos apartados lugares donde, como en otros muchos sitios, la uniformidad mató hace mucho el ingenio. Con la pereza lingüística también tiene que ver eso de nombrar con una palabra lo que incluye dos o más. Así, y sin salir de mi pueblo, Plasencia, y por doloroso que le resulte a mi querida madre, no hay manera que nadie diga "La estatua ecuestre de Alfonso VIII" y sí que todos se refieran a ella como "El caballo". Va a pasar lo mismo, me temo, con esa nueva plaza o parque o zona verde que se acaban de inventar. El alcalde dice que va a llamarse "Puerto de Béjar" (lo que a uno, por cierto, le choca bastante), pero para la mayoría seguirá siendo la de "Céntrica", por irónica y dolorosa que resulte la supervivencia de la marca de una promoción fallida.