8.12.17

Poesía española del XXI

Itzíar López Guil, poeta y catedrática de Literatura Española de la Universidad de Zúrich ha tenido el detalle, que agradezco, de enviarme un ejemplar de la revista Versants, en concreto del número 64:3 de 2017, que está dedicado a "La poesía española en los albores del siglo XXI". La coordinación del fascículo, editado exclusivamente en español, tanto en versión analógica como digital, ha corrido a cargo de la citada profesora y de Juan Carlos Abril, poeta, director de Paraíso y profesor de la Universidad de Granada.
López Guil nos explica que la publicación "abandona su línea exclusivamente académica y su estructura habituales, para acoger en sus páginas no solo estudios sino también ensayos firmados por los más renombrados especialistas y por algunos de los poetas más notables de las primeras décadas del milenio". Los primeros, sobre generalidades acerca del asunto a tratar, se inician con un trabajo de José Andújar Almansa en torno al papel de los poetas, "una serie de reflexiones sobre la teoría y la prácticas poéticas españolas en el siglo XXI". Le suceden otros sobre el autorretrato ("La poesía es el espacio donde el yo sucede"), la poesía femenina (y la de tres poetas en concreto: Raquel Lanseros, Ana Merino y Yolanda Castaño), las disidencias (sobre prácticas poéticas políticas e indignadas que "no siempre se centran en la denuncia explícita, sino que frecuentemente tienden a interrogarse sobre el papel del propio lenguaje en la construcción de lo colectivo"), del "desconcierto de la crítica" (porque "los autores del 2000, nacidos a partir de 1969, se constituyen como una generación sin centro: ni antagonismos ni tendencias dominantes"), de la poesía que huye de la prisa ("La poesía como reivindicación de la lentitud y, por ende, rebeldía e inconformismo frente a las prisas del capitalismo avanzado") o de la imagen en el poema (donde el objetivo es "observar nuevas economías de lo sensible, nuevas formas de posicionarse ante la realidad, que algunos poetas actuales desarrollan desde una estética que busca nuevos horizontes sensibles"). Están firmados, respectivamente por Laura Scarano, Remedios Sánchez García, José Luis Gómez Toré, Ana Rodríguez Callealta, Juan Carlos Abril y Alberto Santamaría.
Llegan luego los análisis de poéticas concretas -o libros- y de autores individuales: Francisco Onieva, Javier Fernández, Josep M. Rodríguez, Luis Bagué, Jorge Gimeno, así como la coordinadora del número, López Guil. Además de ésta y de Abril, sus autores son críticos y estudiosos tan conocidos como Juan José Lanz, el citado Bagué (analizador y analizado) o Francisco Javier Díez de Revenga. 
Una de las partes más interesantes de este pertinente y bien tramado volumen es el cuestionario que contestan cinco editores de primera línea. En este orden, Manuel Borrás, de Pre-Textos; Jesús García Sánchez, de Visor; Jesús Munárriz, de Hiperión; Pepo Paz, de Bartleby; y Javier Sánchez Menéndez, de La Isla de Siltolá. Los tres primeros, con Abelardo Linares, de Renacimiento, y, pongo por caso, Antoni Marí, de Nuevos Textos Sagrados de Tusquets, son tal vez los más representativos y consolidados del panorama. La madrileña Bartleby (Paz pondera con justicia la labor de Manuel Rico) cumple el que viene 20 años y la sevillana Siltolá (en la que se avecinan cambios: Sánchez Ménéndez deja las riendas a su hijo) es, con mucho, la editorial más joven y acaso la más volcada en descubrir nuevos talentos. Acerca de las trayectorias particulares de cada editorial, del dichoso tema de los premios, de los tipos de letra (curiosa pregunta), de la poesía en la red, de las preferencias a la hora de publicar tal o cual libro, de lo que ha venido después de la "poesía de la experiencia" (si es que tal cosa ha terminado: esa que llaman "juvenil" parece un rebrote experiencial en forma de caricatura) o de la presencia de nuestra poesía en el contexto europeo dialogan estos editores y sus comentarios están llenos, casi siempre, de sensatez y, ésta sí, verdadera experiencia. Pasión, que es lo que importa, no les falta. A ninguno. Ni criterio. 
Por cierto, sensible ante ese hecho (que me ha costado caro), he advertido con alegre sorpresa una nota a pie de página donde los editores del monográfico advierten que, "Por expreso deseo de Jesús Munárriz, en sus respuestas mantenemos la acentuación en «sólo», «ése», etc.". A eso le llama uno, simplemente, respeto. 
Cierran este fascículo redondo un total de 52 poemas de otros tantos poetas patrios (ordenados alfabéticamente). Entre ellos, empezando por los jóvenes más talluditos, Álvaro García (el mayor, del 65, como Ada Salas, otra de las antologadas), Luis Muñoz, Jordi Doce o Lorenzo Oliván. También están Verónica Aranda, Juan Antonio Bernier, Yolanda Castaño, Mercedes Cebrián, Berta García Faet, Ana Gorría, Abraham Gragera, Iona Gruia, Marta López Vilar, Antonio Lucas, Carlos Pardo, Pérez Azaústre, Mariano Peyrou, José Luis Rey, Marta Sanz, Julieta Valero... También figura el extremeño Luis María Marina. Hay variedad, sí, y equilibrio entre hombre y mujeres, como ya suele ser norma comúnmente aceptada. Como en toda selección, a uno le faltan y le sobran nombres. Normal.
Por suerte, la revista al completo está en la página web de Versants (en español, "pendientes", tan abundantes en la preciosa Suiza). Disfrútenla. No es chocolate, pero...