Biblioteca Clásica Gredos. Gredos,
Madrid, 1978
Mi deslumbramiento por la poesía clásica
griega se cifra en libros como este. A finales de los setenta, cuando comienza
mi fervor por la lectura y por la poesía, compraba a crédito los tomos de esta
mítica colección. En la librería Alberti de Madrid, que me los enviaba por
correo.
Poco dado a la verbosidad y a los
excesos, la sobria concisión del epigrama siempre me ha parecido una medida perfecta.
Poemas como los de Teeteto, Nóside, Calímaco, Alceo, Meleagro... Pequeñas joyas
que resisten frescas e indemnes la ferocidad del tiempo.
La vida de Lazarillo
de Tormes y de sus fortunas y adversidades
Colección La Biblioteca de Barcarrota. Editora Regional de
Extremadura, Mérida, 2005
Se trata de una edición arqueológica
del ejemplar encontrado a finales de 1995 en la localidad extremeña de
Barcarrota, emparedado en una casa junto a otros siete libros (y un manuscrito)
de carácter heterodoxo. Hasta entonces desconocida, está impresa en Medina del
Campo en 1554 y destaca por lo cuidado del texto y por los elementos que adornan
la portada y su interior, que cuenta con bonitas ilustraciones. Si leer esta obra es siempre un placer, más en esta curiosa
edición de la que sigue siendo la mejor editorial pública de este país.
Jorge Luis Borges
Emecé, Buenos Aires, 1972
El ejemplar está comprado en la librería La
Ciudad, sita en la calle Maipú 971, a unos pasos del número 994, donde estaba
el departamento del poeta argentino. La visitaba con frecuencia, cuentan las
crónicas. Está firmado por el propio Borges (“el arañado signo,
simbólico ilegible” del poema de Juan Luis Panero). Lo trajo a España mi familia
bonaerense. Se trata de un regalo extraordinario. El adolescente que era no
sabía nada del famoso escritor, pero intenté abrirme paso como pude, con más
voluntad que acierto, a través de esa hermosa selva de palabras que tan feliz
me ha hecho desde entonces. El libro tiene ilustraciones de Raúl Russo y significó
el descubrimiento de la poesía moderna, una forma de decir inédita y
clarividente.
De aquel viaje de vuelta a los orígenes
familiares rescaté otro libro dedicado por Borges: El Aleph.
Poemas
(1935-1975)
Octavio Paz
Seix Barral, Barcelona, 1979
Aunque prefiero al Paz ensayista, cuando tuve ocasión de
conocer personalmente al poeta mexicano, no tuve dudas y cargué con este grueso
volumen de precioso color azul para que me lo dedicara. Presidía el jurado del
premio Loewe en 1991, cuando lo ganó Una
oculta razón.
Basta mencionar “Piedra de sol”, el extenso poema magistral,
para que quede de sobra justificada su categoría poética. Con todo, mi poema
preferido es uno breve, “Hermandad”, de Árbol
adentro, un homenaje a Claudio Ptolomeo que dice: Soy hombre: duro poco / y es enorme la noche. / Pero miro hacia arriba:
/ las estrellas escriben. / Sin entender comprendo: / también soy escritura / y
en este mismo instante /alguien me deletrea.
La poesía inglesa
Traducciones de Marià Manent
José Janés editor, Barcelona, 1958
La poesía en esa lengua, que ni de lejos domino, ha sido
fundamental para el lector que soy. Tanto o más para el poeta que aspiré a ser.
Lo ha subrayado la crítica. Así las cosas, he tenido que fiar mi gusto a la
traducción y a los traductores; profesionales en los que, por otra parte,
siempre he creído. Manent es uno de ellos.
Elijo esta antología por su belleza externa (un regalo del
bibliófilo José Manuel Fuentes) y por la abundancia de poemas logrados que
contiene. De poetas de uno y otro lado del Atlántico. Desde Donne, Wordsworth o Dickinson a Eliot, Frost
y Stevens. Mi deuda es impagable. Lo que he disfrutado y aprendido con
sus versos, una alegría.
Tutte le poesie
Eugenio Montale
Arnoldo Mondadori Editore, 1990
El grueso volumen está fechado en Nápoles, Gran Caffè
Gambrinus (con Yolanda, pone) el 9 de mayo de 1992. Si escojo este libro es por
su carga sentimental, sí, aunque también porque Montale es un poeta
imprescindible para mí. Aún recuerdo el domingo de verano que compré en un quiosco
Huesos de sepia (Orbis) y mi fascinación
al leerlo. Acaso la mejor edición del genovés en español sea la Fabio Morábito publicada
por Galaxia Gutenberg.
La poesía italiana, como la portuguesa (Eugénio de Andrade,
Sophia de Mello Breyner…), es una de las mejores de la literatura universal.
Cómo olvidar, por ejemplo, a Dante (en la versión de Micó) y a Leopardi (en la
de Colinas). O a Luzi, Ungaretti, Saba, Bertolucci…
Jaume Pont y Joaquim Marco
Plaza & Janés, Barcelona,
1984
Cuando me preguntan, menciono
la influencia en mis primeros pasos poéticos de la poesía
catalana. Autores como Foix, Carner, Espriu, Vinyoli (sobre todo), Ferrater,
etc. A estos les sucedieron otros, coetáneos de Pere Gimferrer (otra destacable
presencia) y los novísismos, a los
que descubrí gracias a esta ejemplar antología. Me acuerdo bien de la agradable
sorpresa que me produjeron los versos de Marí, Parcerisas, Margarit, Jaén i Urban, Susanna o Comadira, al que escuché por primera vez en un programa de
la televisión catalana a principios de los ochenta, en Tossa, durante nuestro
viaje de novios. No quiero olvidar, ya que de catalanes hablamos, a Ponç
Pons, el poeta menorquín, que acuñó el término escriviure, que podría
traducirse al castellano por escrivivir.
Salón de pasos
perdidos
Andrés Trapiello
Pre-Textos, Valencia, 1990-2019
Los veintidós volúmenes que ya ha publicado Trapiello de sus
diarios ocupan una balda de 80 cm. Si traigo esta “novela en marcha” aquí es,
además de por su portentosa calidad literaria, porque no ha leído uno tantas
páginas de autor alguno. Si tuviera que destacar qué asunto de esos sucesivos
tomos me interesa más, diría, sin dudarlo, que cuanto ha escrito sobre Las Viñas,
su casa extremeña de los Lagares. De la Extremadura profunda, digamos, la del
campo, es posible que nadie haya dicho tanto y mejor. Con tanta naturalidad y
con tanta hondura.
Nota: En la carta de El Ciervo decía: "En la revista tenemos una sección titulada "La Biblioteca de..." en la que diferentes colaboradores y amigos (escritores, académicos, críticos, poetas, profesores....) nos explican cuáles son los libros más queridos de su biblioteca y por qué". Luego me explicaron que "la selección de libros es muy personal, mejor si son fuera del canon para que no se repitan siempre los mismos". A eso me atuve.
Agradezco a Alejandro Duque Amusco su mediación. Al parecer es el instigador de esta bonita experiencia.
También quiero expresar mi gratitud a Eugenia de Andrés, que ha coordinado todo el trabajo desde la veterana revista barcelonesa. Un placer.
Nota: En la carta de El Ciervo decía: "En la revista tenemos una sección titulada "La Biblioteca de..." en la que diferentes colaboradores y amigos (escritores, académicos, críticos, poetas, profesores....) nos explican cuáles son los libros más queridos de su biblioteca y por qué". Luego me explicaron que "la selección de libros es muy personal, mejor si son fuera del canon para que no se repitan siempre los mismos". A eso me atuve.
Agradezco a Alejandro Duque Amusco su mediación. Al parecer es el instigador de esta bonita experiencia.
También quiero expresar mi gratitud a Eugenia de Andrés, que ha coordinado todo el trabajo desde la veterana revista barcelonesa. Un placer.