27.12.19

Los mejores del año


Bien sabe Dios cuánto me cuesta rellenar la lista de los mejores libros del año que me solicita Nuria Azancot a finales de los últimos, desde que colaboro en El Cultural. Temo ese momento. Ella lo sabe. Con todo, sí, cumplo. Lo peor no es dejar fuera libros que también me han gustado o alguno leído a destiempo (como Posibilidades en la sombra, de Peyrou) o que serán estupendos y ni siquiera conozco o, en fin, de compañeros de suplemento, como Irazoki, cuyo último libro (El contador de gotas) no puedo valorar. Lo peor es tener que puntuarlos, de 10 a 1. ¡Cuántas vueltas le doy al asunto! Y no será por falta de práctica: uno es maestro. Esa es la paradoja, la evidencia del ser contradictorio que uno es: detesto las listas y sin embargo...
Es verdad que este año estoy contento por el resultado. Estos cinco libros (que había nominado) lo son de manera indiscutible. Qué más se puede pedir. Y dos son, además, de extremeños, otra alegría. Y otro de por aquí, por cierto, ha ganado el premio a la mejor novela del año, mi querido Luis Landero, con su Lluvia fina. ¡Cómo ha calado!