Víctor Peña Dacosta es el antólogo y prologuista de Diáspora. Poetas extremeños en el «exilio» (1955-1993), un libro más que interesante publicado por Ediciones Liliputienses al que uno ha puesto un breve epílogo (que un día de estos daremos aquí).
Cada poeta, de Felipe Núñez a Francisco José Chamorro, contesta, salvo en un par de ocasiones (una la del recién citado Núñez), a un cuestionario. Esta es una de las preguntas y parte de la respuesta de Jesús García Calderón (Badajoz, 1959), que a uno le ha parecido tan elocuente como veraz.
¿El tema del exilio es importante en tu obra? ¿Qué poemas o versos crees que reflejan mejor la añoranza por un espacio —simbólico o real— perdido?
"Debo aclarar que el exilio, en mi opinión, opera también
de manera inversa para muchos poetas que se quedaron.
Los poetas extremeños que tanto he leído y admirado creo
que han sentido y sienten una especie de exilio invertido.
Se exilan pero lo hacen, como regla general, en el interior
de sus convicciones, resaltando su pertenencia al lugar en
el que habitan, quizá un poco hartos del desolador panorama que los rodea. Muchos buenos poetas viven una especie
de exilio vital en Extremadura y procuran compartirlo con
los que tuvimos que marcharnos. Parece que tuviéramos la
necesidad de agruparnos periódicamente y configurar una
pequeña patria".