Le abruma a uno la oferta tallerística. Hasta Espido Freire aparece en la tele anunciando un taller de escritura... ¡por fascículos! Nunca falta en las entrevistas a escritores aquello de si el poeta nace o se hace. Decía Juan de Mairena que "el orador, nace", pero que "el poeta se hace con el auxilio de los dioses". No lo sé. Me inclino a pensar, con Luis Cernuda o César Simón, que se trata de una cuestión de carácter. Con todo...
Me llega información, por ejemplo, de los que convoca la Fundación José Hierro, con una oferta formativa imaginativa y apabullante. Uno admira a quienes son capaces de impartir ese aprendizaje, como he comentado otras veces. Una cosa es un curso, una conferencia (o un ciclo) y un seminario y otra, muy distinta, un taller. Conozco de cerca labores calladas que merecerían público reconocimiento; la de Gonzalo Hidalgo Bayal, por ejemplo, al frente del Taller de Relato y Poesía de la Universidad Popular de Plasencia. Pero ahí, claro, ni hay estrellas ni hay teatro, sólo gente que quiere escribir o que ya escribe.
