Así, el Señor Mihalis, terminaron llamando los griegos al escritor británico y héroe de guerra en Creta Patrick Leigh Fermor, Paddy para sus amigos. Dolores Payás, traductora de algunas obras suyas al castellano, como Roumeli, publica, también en Acantilado, Drink Time! (En compañía de Patrick Leigh Fermor), una "semblanza, personal y sentimental" del viajero inglés que se asentó, tras años y años de vida nómada, en Kardamili, donde se construyó (junto a su mujer, la fotógrafa Joana Rayner), una casa frente al mar Mediterráneo rodeada de luz, viento y olivos.
Payás, que ha traducido la acreditada biografía de Fermor escrita por Artemis Coopper (RBA), conoció al autor de Un tiempo para callar en ese mítico lugar y con él convivió a temporadas en los últimos años de su vida, de 2009 a 2011.
Recomienda la autora que se empiece a leer el librito (sólo por su tamaño) por el final, por el "Apéndice biográfico", salvo que uno conozca bien las peripecias vitales de aquel perfecto gentleman. No es necesario. La manera de ser de Fermor y algunas de sus aventuras (imposible relatarlas todas), así como la narración apasionada, pero sin sentimentalismos, de Payás, que llegó a ser su amiga, bastan para disfrutar de un rato muy placentero. Pena que las 110 páginas no den para más.
A falta de leer, una gustosa tarea ya asignada, la citada biografía de Cooper, la obra de Payás aporta un curioso punto de vista, amén de personal, sobre la ancianidad de Fermor, alguien que, se nos cuenta, eludió la tentación de la amargura, que nunca perdió la fe en la vida y al que, conversador impenitente, sólo tumbó la mudez impuesta por la postrera enfermedad.
Su querida Joana, Elpida, su fiel asistenta, sus vecinos, conocidos, compañeros de armas y amigos, debieron disfrutar mucho de la compañía de un hombre generoso, anfitrión en Kardamili de medio mundo, bebedor (de ahí el título: la hora de la copa, parte esencial de su rutina diaria), caminante y nadador, lector consumado, frecuentador de la poesía, que para su funeral dejó dispuesto que se leyeran, además de un hermoso texto del Evangelio Apócrifo de Santiago, las siguientes palabras: "Amor y bendiciones para todos los amigos, gracias a todos por una vida de inmensa felicidad".