8.11.14

Sin palabras

Por fin ha visto la luz (Miguel Ángel Lama ha comentado en su blog la azarosa génesis de la obra: uno estuvo allí) el volumen que reúne la mayor parte de la obra experimental de Antonio Gómez (Cuenca, 1951) bajo el título Apenas sin palabras. Lo publica la Editora Regional de Extremadura y abarca el periodo comprendido entre 1980 y 2013. 
Que Gómez es uno de los nombres imprescindibles del panorama literario y artístico de este país (y más) era cosa sabida. Desde hace mucho tiempo. Basta ver (y apenas leer) los 115 poemas visuales, digamos, que aparecen en el libro y las acciones o performances que, más allá de las imágenes, se agrupan en un pertinente dvd, para calibrar el verdadero alcance de su apuesta, tan a contracorriente durante décadas, tan particular como exigente, tan inspirada y fresca como reflexiva y elaborada. 
El citado Miguel Ángel Lama, nuestro estudioso de cabecera, le ha puesto un prólogo ajustado y conciso, muy acorde con la escasez de palabras del conjunto. La exhaustiva bibliografía ayudará al curioso a profundizar en esta poética que el autor, en un texto fundamental que apareció en su día en la revista Ínsula, se resiste, no sin facilitarnos ciertas claves, a abordar. 
La edición es pulcra (del Estudio Manuel Ponce Contreras) y sus cubiertas pueden ser calificadas como una obra experimental más. 
Bienvenido sea este libro de un poeta de talante abierto y cosmopolita, sí, pero uno de los que, sin haber nacido aquí, mejor ha sabido comprender la forma de ser de Extremadura y de los extremeños. Como él.