A la publicación por parte de la editorial Pre-Textos del segundo volumen de Prosa musical de Gerardo Diego dedicado a su pensamiento sobre la música, obra coeditada con la activísima Fundación que lleva el nombre del poeta del 27, un precioso libro al cuidado de Ramón Sánchez Ochoa, profesor de Estética e Historia de la Música del Conservatorio Superior de Música de Valencia, con la colaboración de la documentalista Elena Diego Marín, hija del autor de Fábula de Equis y Zeda (les recomiendo la amplia reseña que ha dedicado a ambas entregas el profesor Mainer), y a la muy reciente de Gerardo Diego y Blas de Otero. Entre Santander y Bilbao (Texto y contexto de unos poemas), de Juan José Lanz, profesor de la Universidad del País Vasco, donde se recogen, entre otros, documentos (cartas, poemas...) de ambos poetas en sus respectivos archivos y textos del primero dedicados al segundo (número 6 de la colección Bodega y Azotea de la propia Fundación), se une La poesía de Gerardo Diego: un estudio bibliográfico, de José Luis Bernal Salgado (número 3 de la colección Bibliografías Contemporáneas). La obra, impresa de manera impecable (un sencillo lujo bibliográfico), realizada con el rigor que caracteriza al profesor de la Universidad de Extremadura (que con Manual de espumas. La plenitud creacionista de Gerardo Diego ganó, precisamente, el Premio Internacional Gerardo Diego de Investigación Literaria en 2007), amplía y actualiza anteriores intentos por concretar la abundante bibliografía de Diego. En la edición santanderina de Gerardo Diego, Antología
poética (1988 y 1996) ya se incluía un amplio «Estudio bibliográfico» realizado por Bernal, donde podemos situar el verdadero origen de este trabajo.
El cacereño no es un recién llegado a la poética dieguina, sino todo un consumado especialista, acaso el máximo. Por lo demás, ya lo dijo el propio poeta, premio Cervantes en 1979 junto a Borges, en «El autor enjuicia su obra», de 1966: "Mi obra creo yo que es difícil de juzgar, pero más que por otra cosa por (tengo yo en gran parte la culpa) dificultad de reunirla, por haberse publicado en librucos, libritos, libros y librotes de todos los tamaños imaginables, en todas las ediciones, siempre procurando —no procurando, sino consiguiendo, sin procurarlo, claro está— el que fuesen los editores más quebradizos y más misteriosos la mayor parte de los que editaron mis libros. De este modo han resultado ya un poco míticos ciertos libros míos que casi nadie ha visto y, realmente, haría falta tenerlos todos presentes, juntos, para poder juzgar mi obra poética", cita que abre el enjundioso prólogo de Bernal, que explica: "El presente estudio de la obra poética de Gerardo Diego pretende ofrecer al lector un asidero útil en su viaje por el complejo proceso de escritura y de publicación de sus libros de poesía, de variada naturaleza y significado, al servicio de la irreductible «polimusía» del poeta, a lo largo de más de sesenta años de nupcias con la poesía".
Al estudio bibliográfico libro a libro, se añade un anexo sobre las antologías de sus poemas que han sido publicadas, una interesante colección de imágenes de las cubiertas de sus libros y varios índices: de poemas, de títulos, onomástico y de publicaciones periódicas. Más no se puede pedir.
El cacereño no es un recién llegado a la poética dieguina, sino todo un consumado especialista, acaso el máximo. Por lo demás, ya lo dijo el propio poeta, premio Cervantes en 1979 junto a Borges, en «El autor enjuicia su obra», de 1966: "Mi obra creo yo que es difícil de juzgar, pero más que por otra cosa por (tengo yo en gran parte la culpa) dificultad de reunirla, por haberse publicado en librucos, libritos, libros y librotes de todos los tamaños imaginables, en todas las ediciones, siempre procurando —no procurando, sino consiguiendo, sin procurarlo, claro está— el que fuesen los editores más quebradizos y más misteriosos la mayor parte de los que editaron mis libros. De este modo han resultado ya un poco míticos ciertos libros míos que casi nadie ha visto y, realmente, haría falta tenerlos todos presentes, juntos, para poder juzgar mi obra poética", cita que abre el enjundioso prólogo de Bernal, que explica: "El presente estudio de la obra poética de Gerardo Diego pretende ofrecer al lector un asidero útil en su viaje por el complejo proceso de escritura y de publicación de sus libros de poesía, de variada naturaleza y significado, al servicio de la irreductible «polimusía» del poeta, a lo largo de más de sesenta años de nupcias con la poesía".
Al estudio bibliográfico libro a libro, se añade un anexo sobre las antologías de sus poemas que han sido publicadas, una interesante colección de imágenes de las cubiertas de sus libros y varios índices: de poemas, de títulos, onomástico y de publicaciones periódicas. Más no se puede pedir.