25.9.18

Las prosas de Cavafis

Mencioné hace unos meses, de pasada, que Almuzara, dentro de la colección Biblioteca de Literatura Universal, patrocinada por la Fundación Banco Santander y la Ramón Areces, cuyo director literario es el poeta Luis Alberto de Cuenca, había publicado Selección de prosas, de C. P. Cavafis. La edición corre a cargo de Pedro Bádenas de la Peña, que ya tradujo su poesía completa para Alianza Editorial, un magno empeño que luego completó en un nuevo volumen aparecido en la colección citada al principio y del que ya hablé en un artículo de la revista griega Φρέαρ/Frear.
Las prosas del poeta alejandrino, una auténtica rareza, tenían por destinatarios, nos explica Bádenas, "la burguesía cosmopolita de las grandes ciudades comerciales del levante otomano: Constantinopla, Esmirna, El Cairo, Alejandría". No como Atenas, "muy por detrás" de éstas entonces. Muchas veces esos escritos periodísticos abordan asuntos relacionados con la literatura, la filosofía y la historia griega, también con la política (Chipre), el folclore y la lengua (la laografía), un asunto en plena efervescencia en aquellos años, finales del siglo XIX. La cultura clásica, Grecia y Roma, están, cómo no, muy presentes. "Los últimos días de Ulises", pongo por caso, donde relaciona lo que le pudo ocurrir al héroe tras su regreso a Ítaca con versos de Dante y de Tennyson.
Se incluye el relato fantástico "A la luz del día", influido por Poeque representa -según Bádenas- "el mayor logro de la prosa de Cavafis". De tono narrativo es también, por ejemplo, "Una noche en Kalender", un texto sin duda delicioso.
Con todo, del conjunto, destacan, a mi modo de leer, tres textos: "Treinta y seis notas personales inéditas sobre poética y ética" (que por sí mismas ya hubieran justificado esta obra), "Sobre el poeta P. C. Cavafis" y "Diario del primer viaje del poeta a Grecia".
El primero recoge un puñado de interesantes y hasta agudas reflexiones redactadas entre 1902 y 1911 (inéditas hasta 1987), que nos ayudan "a comprender su peculiar método de trabajar la propia poesía", dice Bádenas, que "contienen el germen de todos los motivos estéticos, éticos, sociales y artísticos que preocuparon al poeta y que tomarían forma en muchos de sus poemas". De entre sus muchas epifanías (por no decir aforismos), que empieza por "Nunca he vivido en el campo...", copio a continuación unas cuantas. Así, "Qué engañoso es el Arte cuando emplea la sinceridad". "Sin entusiasmo no puede funcionar la humanidad". "(...) qué agobiante es una ciudad pequeña". "En medio de la sensación, o poco después, haces el poema". "La época del año que me gusta es el verano". "Mi obra va con mi pensamiento". "Trabajo como los antiguos". "Trabajamos virtuosamente para los que vendrán después de nosotros". "Todos somos -de distintas maneras- buenos, y todos queremos serlo". "¡Cuánto he ganado posponiendo una y otra vez la publicación!". "Para nosotros los hombres la vida es como un suicidio, hoy, tanto que a veces la hacemos superflua".
El segundo es un breve texto autobiográfico en francés de 1930, tres años antes de su muerte, presuntamente escrito por él mismo en tercera persona: "Cavafis, en mi opinión, en un poeta ultramoderno, un poeta para las generaciones futuras", leemos. Y no se equivocó, cabe puntualizar.
El tercero, por fin, es el minucioso diario que llevó el poeta la primera vez que viajó desde su Alejandría natal hasta la metrópolis, a Grecia y, en especial, a Atenas. En las primeras líneas leemos: "en la naturaleza de los diarios está en que se conviertan en lo contrario de aquello que se espera o se intenta"; una cita llena de lucidez que, si se me permite la digresión, uno incorporará a la reunión de los propios, tarea en la que uno anda metido.
Las abundantes anotaciones de Bádenas de la Peña ayudan a situar estas prosas en su debido contexto y a comprenderlas de forma cabal. ¡Qué delicia de libro!