27.7.17

Los griegos

No dejan de aparecer en España traducciones al castellano de poetas griegos. Entre las más recientes, tres obras de otros tantos poetas, tanto antiguos como contemporáneos. Me refiero a Safo, Cavafis y Costas Reúsis. Dos clásicos y un autor relativamente joven.
Poesías, de Safo, publicado con primor por La Oficina de Arte y Ediciones, con diseño de Joaquín Gallego y en traducción de Juan Manuel Macías, nos devuelve una poesía genuina que el paso de los siglos no ha logrado devaluar. Sigue, en lo fundamental, la edición de Edgar Lobel y Denys Page: Poetarum lesbiorum fragmenta (Oxford, 1955), así como la de Eva Maria Voigt: Sappho et Alcaeus. Fragmenta (Amsterdam, 1968).
Ya había vertido Macías a la poeta de Lesbos en una primera versión de este libro que publicó la editorial DVD hace diez años.
A la “fama póstuma” de Safo se refiere Macías en su documentado prólogo, quien afirma: “digámoslo de una vez, hablar de Safo es hablar, ni más ni menos, que de poesía, lo cual significa no sentirse en la obliga­ción de hablar. Y el adjetivo «sáfico» no se puede entender sino como un sinónimo más del misterio poético”. Y: “Hablar de Safo es hablar de las palabras y el resto, los mapas de su vida, sus odios y sus amores, las casualidades de ser mujer y griega, de haber vi­vido en una isla de Asia Menor de afamadas sonoridades y perte­necer a ese colectivo que solemos llamar «los antiguos», todo eso no es más que materia del tiempo y de las nubes”.
Cavafis. Poesía completa, de Editorial Almuzara (colección Biblioteca de Literatura Universal, dirigida por Luis Alberto de Cuenca) es una nueva edición bilingüe de la veterana traducción de los poemas del autor de “Esperando a los bárbaros” realizada por el profesor Pedro Bádenas de la Peña para Alianza en 1982. Aclara que se trata de una “profunda y sistemática renovación” de aquélla, ya que que la traducción literaria “nunca puede darse por zanjada”, pues es “una tela de Penélope siempre perfectible”.
Además de una amplia introducción y una cronología, se incluyen los poemas canónicos, los inéditos, los ingleses (que vierte el citado De Cuenca), los proscritos, las traducciones éditas (Shakespeare, Keats, Shelley) e inéditas, los inconclusos, los borradores sueltos y los poemas en prosa. Casi 800 páginas de la mejor lírica griega.
La irrealidad submarina (1993-2015), de Costas Reúsis, en traducción de Mario Domínguez Parra, ha sido publicada por La Isla de Siltolá. Se trata de una antología de sesenta poemas seleccionados y anotados por su autor, que nació en Atenas en 1970, pero chipriota de origen. Sin título universitario, aunque con estudios (de lenguas extranjeras, por ejemplo), Reúsis ha trabajado en múltiples oficios y ha colaborado en prensa y en revistas. Es el fundador de Facción Irreal Nico©ia, de la sólo él es miembro. Sus poemas están traducidos al italiano y, ahora, al español.
De él ha dicho el poeta chipriota Yorgos Kalosóis que es “salvaje” y añade: “Aquí no hay nada que tenga que ver con el gatito del posmodernismo, que deja que lo acariciemos. Hay algo que tiene que ver con poemas-leopardo que suben con sus presas a las descomunales acacias de la sabana”. Por su parte, Mario Domínguez afirma que es un “admirador y practicante él mismo de las vanguardias”.
Poesía rigurosa, hermética a rachas, que exige la complicidad del lector. Si persevera, encontrará en ella hallazgos dignos de elogio, como el poema “En las tinieblas”: La mirada se aferra al ocaso / En su color mortal / El cielo de Nicosia / Agoniza y está poseído por / Mi muerte / Que conozco.

Nota: Este artículo se ha publicado en el número 19 la revista griega Φρέαρ/Frear.