31.1.17

Un nuevo pliego suelto

Ya dimos cuenta en este rincón de la salida a escena de Pliegos Sueltos de la Academia, revista semestral de traducción que se publica en Jerez de la Frontera, al amparo del sello Libros Canto y Cuento. Esta nueva entrega abre su editorial con una cita de Steiner: "Sin traducción habitaríamos provincias lindantes con el silencio". Sigue con un acertado cuestionario a Jesús Munárriz, veterano traductor de pro (sobre todo en su casa, Ediciones Hiperión, donde acaba de aparecer su versión de Las flores del mal), quien dice: "Traducir literatura es hacer que puedan leer en su propia lengua una obra escrita en otra, quienes no la conocen". Después, Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala nos informa de la "Recepción del haiku en la literatura española". Más adelante, Antonio Rivero Taravillo, otro de nuestros traductores de referencia, nos presenta un par de deliciosos poemas de la irlandesa (en gaélico) Nuala Ní Dhomhnaill. Tras la recuperación de una vieja versión de un fragmento de Amores de Ovido debida a Alberti (procedente del Manuscrito Penagos, como nos explica Eduardo del Pino), cuatro reseñas: de la antología de la Dinastía Tang; de La más viva, de Christian Bobin; de Léxico familiar, de Natalia Ginzburg; y de Carta del mundo, de otra mujer imprescindible: Emily Dickinson. Una alegría, sí. 

Doble presentación: Galán y Santos

El jueves, 2 de febrero, a las 20:00 horas, en el Centro Cultural Las Claras, de Plasencia, se presentarán los dos últimos títulos de la colección Lunas de orienteLa vida es lo que llueve, de Pilar Galán, y Perder el tiempo, de Juan Ramón Santos. 
Les acompañará Marino González, responsable de la editorial De la Luna Libros.

30.1.17

Más canciones

En 2000 publicó José Mateos (Jerez de la Frontera, 1963), en su editorial de siempre, Canciones. Ahora, y de nuevo en Pre-Textos, ve la luz Otras canciones un libro que tiene mucho que ver con otro, de prosas, que ya comentamos en este rincón, Un año en la otra vida. Lo explica Mateos en "Antes, unas palabras", la nota que abre el volumen que nos ocupa. "Un poema -escribe- es siempre inevitable" y eso parece cuando leemos los que aquí reúne. Con aires de apunte. Con esa serena y delicada fragilidad, siquiera aparente, que caracteriza la manera de proceder del gaditano. Como en aquel otro libro, no faltan en éste "el sufrimiento, las pérdidas, las decepciones". Están, eso sí, "por una razón de amor", aclara. 
Gratitud es un sentimiento inseparable de esta poética que pretende abrir, en los "muros del idioma", "agujeritos por donde entra un hilo de claridad, un filillo de una luz que no parece de este mundo". Y concluye: "quise soñar con la posibilidad de escribir unos poemas tan sencillos, tan desnudos, que parecieran invisibles".  Y en efecto, por entre la niebla -ese fenómeno, al tiempo que una suerte de metáfora, que a Mateos tanto le gusta-, surgen esas canciones con un pie en la palabra y otro en el silencio, al que rozan.
Versos esenciales, por su simple verdad. En "Llueve" leemos: "Y por fin / todo está bien: // no saber nada, / saber / que no hay nada que saber". 
"Lecturas" titula la segunda parte. Y ahí, un viejo romance, la Odisea, Dickinson, Nietzsche, Sófocles (y Edipo), Weil (y Dios), Chéjov, Holan (y la nieve), Pasolini y Corintios: "El amor es un ciego / descenso hacia lo alto". 
Aunque otra de las secciones lleve por título "Apuntes del natural", todos lo son. Se fija en plantas, flores, árboles, pájaros, insectos... El girasol, el jilguero, la luciérnaga, el pino...
Tampoco falta la pintura (él es pintor). En "Paseo por el Museo del Prado": Murillo, Zurbarán, Tiziano, Velázquez, Goya...
Ni la música, los atardeceres, Trafalgar, las ruinas de Bolonia, el gallo de Grazalema...
Ni palabras clave como Dios o fuego. Y todo en un tono que se acerca al de la acción de gracias (ya se anotó) y, en consecuencia, a la oración, en sentido lato.
Otra metáfora define bien a esta poesía y a quien la escribe: la de la hoja de la caña: "deja que el aire te venza, / despídete de este mundo / con esa delicadeza".
Cierra el libro otra canción: "Después, de muchas formas / y en muchas ocasiones / te he esperado, Palabra / aún por decir, que dice / y no dice, que sabe / lo que nunca se sabe". 

29.1.17

Premio

La Casa-Museo "Gabriel y Galán" de Guijo de Granadilla (Cáceres) convoca el XXXII Certamen regido por las siguientes bases:

1º Podrán optar al Premio de Poesía "Gabriel y Galán" todos los poetas de habla española que lo deseen, con originales inéditos escritos en Lengua Castellana o Dialecto Extremeño.
2º Los premios se distribuirán del siguiente modo: Primer Premio dotado con 600 € y Segundo Premio con 450 €.
3º Las composiciones serán de tema libre, extensión máxima de 150 versos.
4º No podrán participar en el Certamen los poetas que hubieran obtenido el primer premio hasta que hayan transcurrido cinco convocatorias.
5º Los originales deben presentarse escritos a máquina u ordenador, doble espacio y por cuadriplicado. Se enviarán a la siguiente dirección:
Casa Museo Gabriel y Galán
Plaza de España, 11. 
10665 Guijo de Granadilla (Cáceres). España.
6º El plazo de admisión de trabajos finalizará el día 21 de abril de 2017.
7º Cada autor podrá presentar un solo trabajo y no serán devueltos los que se reciban ni se mantendrá correspondencia sobre ellos.
8º Se utilizará, preceptivamente el sistema de lema y plica.
Serán eliminados los poemas que permitan de alguna forma la identificación del autor.
9º El fallo del jurado será inapelable y se dará a conocer el segundo domingo de mayo en Guijo de Granadilla, con motivo de la Fiesta de Exaltación de la Poesía.
10º La Casa-Museo se reserva el derecho a la publicación de los trabajos presentados.
11º Cualquier duda en la interpretación de estas BASES será resuelta por el Jurado de forma inapelable.
12º El hecho de concurrir a este Premio supone la aceptación de estas Bases.

Guijo de Granadilla, 20 de enero de 2017

28.1.17

Sarlo dixit

Foto: Mariana Eliano/EP
"Cuando escribo reseñas (y suelo escribirlas con culpable frecuencia), me persigue el miedo al anacronismo. Es decir, equivocarme porque no entiendo el libro que tengo por delante, ya porque pertenezca al pasado, ya porque anuncie el futuro y no estoy en condiciones de darme cuenta, ya porque apresuradamente se me ocurre convertir en tendencia algo que, en pocos años, ocupará un lugar en el desván de la moda. Temo pasar por alto lo que alguien más inteligente descubra como verdaderamente nuevo. La reseña es periodismo literario, puro presente de lectura y de escritura, una especie de hoja en la tormenta del mercado, de lo que se sabe o se ignora del autor, de lo que se intuye mal o bien. Escribir reseñas es una aventura que obliga a una tensión apasionada con el propio gusto, con el propio saber, con el impulso y el prejuicio. La reseña es tiempo presente". De "Leer en presente". Beatriz Sarlo. Babelia. El País. 

27.1.17

Colinas, antología de premio

Era un clamor. Que el poeta Antonio Colinas era digno del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el que conceden la prestigiosa Universidad de Salamanca, su ciudad de residencia, y Patrimonio Nacional, a pesar de que, hasta ahora, sólo lo hubiera obtenido otro compañero suyo de generación, el catalán Pere Gimferrer. Colinas es ahora el vigésimo quinto ganador del certamen en el que se vuelve a cumplir esa regla tácita según la cual a un escritor ultramarino (su antecesora fue la uruguaya Ida Vitale) le sucede uno español. Como siempre también, se publica una antología, la suya bajo el título Lumbres, en la colección destinada a los galardonados dentro de las Ediciones de esa antigua institución universitaria. Un libro precioso, por cierto, impreso en un papel estupendo, que lleva en la cubierta una fotografía del propio Colinas. Ha sido un acierto encargar el prólogo (la selección es del poeta leonés) a los profesores María Sánchez Pérez y Antonio Sánchez Zamarreño, que lo firman conjuntamente. Del segundo, poeta secreto, ya tenía uno sobradas referencias, las que garantizaban antes de empezar a leer que esas páginas, no pocas (75), iban a poseer la enjundia que la empresa reclamaba. Es verdad que la obra de Colinas es muy extensa y que los editores literarios lo tenían, por eso y por mucho más, complicado, pero, insisto, la introducción es perfecta y una manera inmejorable para iniciarse en la lectura de uno de los poetas más importantes en lengua castellana.
Libro a libro, Zamarreño y Sánchez Pérez desgranan, desde la cercanía y la complicidad, las claves de su compleja, rica poética. Se habla, entre otros muchos asuntos, de la fidelidad a sus raíces y a su tierra nativa (en el noroeste), de Córdoba (el Sur) y de Ibiza (el Mediterráneo), de su orfismo y de su pureza formal, de su pugna por la transparencia, de la naturaleza vivida y no de cartón piedra, del extrañamiento social y de la soledad, de su dominio del lenguaje y de su depurada técnica métrica, de la importancia de la música, de las tradiciones que comparecen en su obra: la judeo-cristiana, la greco-latina, la elegíaca medieval, la humanista, la ascético-mística, la barroca, la neoclasicista, la romántica y la vanguardista, de su melancolía, de su carga ética, de la nostalgia por lo sagrado y de los dioses, del anhelo de unidad y de armonía, de la respiración, de los orígenes y de los lugares arqueológicos, de la mansedumbre y de la muerte...
Los editores incorporan al volumen una amplia bibliografía, además de un puñado de fotos del autor de Sepulcro en Tarquinia que aportan al conjunto una gracia añadida.

26.1.17

De varia lección (1)

Nobel
¿Por qué cada vez que se menciona el Premio Nobel de Literatura piensa uno, a bote pronto, en Borges, que no lo ganó nunca?

Antología
Que en un florilegio dizque canónico no estén todos los que son es menos grave que no sean todos los que están.

Publicidad
Improvisar un poema no es fácil. No basta con ensayar toda la vida.

Delito
De apropiación indebida deberían acusar a ciertos poetas que usurpan, como si fuera sólo suya, la voz de ciertos maestros. Maestros a los que, por descontado, ellos también se encargan de adjudicar la lista correcta de discípulos.

Parafraseando
Contra el vicio de escribir aforismos, la virtud de no leerlos.

Remate
Y pensar que uno dijo en alguna ocasión que era mejor persona que poeta.

Cita
"Necesitamos gente que sepa de lo que habla". Fernando Savater.

Refrán
Tal como están las cosas en ese país centroamericano, vamos a tener que darle la vuelta: "De Guatepeor a Guatemala".

Telarañas
Al volver del paseo, me vi en el espejo como un pariente pobre de Spiderman.

Cosmopaletismo
Leído en un microbús: "Hurdes Travel". 

25.1.17

Los románticos alemanes

Tras La larga cadena del ancla. La hora presente, de Yves Bonnefoy, en edición de Enrique Moreno Castillo, uno de los mejores libros de 2016, Galaxia Gutenberg publica en la colección que coordina Jordi Doce (al cuidado también de esta obra) Floreced mientras. Poesía del Romanticismo alemán. Su traductor es el poeta granadino Juan Andrés García Román, licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y doctor por la Universidad de su ciudad natal, quien antes de verter al español la lírica de estos dieciocho poetas alemanes (entre ellos, los Schlegel, August Wilhelm y Friedrich, Hölderlin, Novalis, Heine, Arndt, Brentano y Eichendorff), ya había traído a nuestro idioma parte de la de Rilke o las elegías del autor de El Archipiélago, de donde, por cierto, toma el título este florilegio.
Este es un libro importante. Porque ese movimiento artístico y literario lo fue, y mucho, y porque García Román actualiza, digamos, los versos de esos poetas fundamentales, una tarea que debería llevar a cabo cada generación.
Resulta muy estimulante la lectura del capítulo titulado "La poesía de la poesía", donde intenta explicar el editor la paradoja de cómo, a pesar de que estos versos representen la poesía del Romanticismo alemán, el espíritu de ese movimiento va mucho más allá, irreductible a "los géneros literarios heredados".
El volumen incluye un práctico apéndice denominado "Teorías" en el que se insertan diferentes textos sobre esa rica poética, unas "Notas" sobre los poemas, así como las sucintas biografías de los poetas seleccionados, que van desde los muy conocidos en España (el caso de Hölderlin) hasta los directamente desconocidos (como Clemens Brentano). La de descubrimiento, sí, es otra faceta destacable de esta obra que viene a rellenar, sin duda, un hueco.
El responsable confiesa que no ha querido "realizar una antología total o definitiva, sino una muestra digna y válida, un libro de lectura sin pretensión enciclopédica".
El pensador Isaiah Berlin escribió: "La estética romántica se funda en una creencia apasionada en la libertad espiritual y la creatividad individual". El encuentro entre Alemania y la poesía fue, ya se ve, memorable.

24.1.17

Zéjel: un anticipo


Leer

© Antonio Olmos
El escritor y periodista José Andrés Rojo reflexiona en El País a partir del desolador informe La lectura en España 2017, de la Federación de Gremios de Editores. En su artículo "La manía de leer en tiempos acelerados", dice: «Pero si se hace caso a Steiner, que de esto de la lectura sabía  [y sabe, matizo, pues ni ha perdido la memoria ni está muerto] mucho —es uno de los más brillantes estudiosos de la cultura europea de las últimas décadas—, “leer, según el retrato de Chardin, es un acto silencioso y solitario”. ¿Y a quién puede interesarle ese recogimiento en una sociedad tan vibrante como la nuestra, tan volcada hacia delante, tan hiperconectada gracias a las nuevas tecnologías? ¿Qué diablos pinta, en verdad, un tipo con sombrero pasando las hojas de un libro cuando con un clic la Red te sirve cualquier tipo de conocimiento de manera instantánea?»

23.1.17

Noticias de Daniel Faria

Ya informó El Cultural de que el poeta y dramaturgo Pablo Fidalgo ha estrenado en Lisboa, en el Teatro Nacional de Portugal, Daniel Faria, una obra sobre la vida del malogrado poeta y monje portugués, un nombre capital de la literatura lusa.
Ya comentamos aquí sus dos primeros libros, Explicación de los árboles y de otros animales y Hombres que son como lugares mal situados. Pues bien, Ediciones Sígueme acaba de publicar una tercera entrega de su poesía, De los líquidos, que ya fue por desgracia un libro póstumo, publicado dos años después de su mortal accidente. La traducción, como en los dos anteriores, es del extremeño Luis María Marina.
En la nota editorial leemos: "En algún momento, mientras el joven novicio ponía por escrito los poemas que verían la luz tras su inesperada muerte, pasó por su cabeza titular el libro De las cosas que sé del cielo. Aquella frase encerraba una profunda certeza: que las poesías agrupadas en el nuevo volumen ya no procedían de lo sabido y experimentado, sino de un sencillo misterio que se abría paso en el interior de aquel aprendiz de contemplativo".
Al final, ya se ve, el libro adoptó otro rótulo, el de "la materia que más abunda en un ser vivo y que hace posible que viva". El ideal, acaso, para una obra que pertenece, aun sin quererlo, a esta sociedad líquida que percibió Bauman.
Cuando lo lea, ya está encima de la mesa, diré en este rincón algo de él. Lo que importa, como reclamaba Irazoki, es que tenemos traducidos sus tres libros mayores al español, un hecho que debemos agradecer a su traductor, Marina, sin duda, pero también a esta modesta editorial religiosa con sede en Salamanca que, me consta, está muy satisfecha de su primera incursión poética, a pesar de que la repercusión y la acogida no hayan sido las esperadas. Es poesía, amigos. Pero tranquilos, como dejó dicho Hipócrates, el arte es largo. Más éste. Faria de nuevo, grande notícia!

22.1.17

Alonso de Santos en el Aula

Foto: Juan Lázaro
El martes que viene, día 24 de enero, a las 20:00 horas, el dramaturgo José Luis Alonso de Santos inaugurará el nuevo curso del Aula de Literatura "José Antonio Gabriel y Galán" de Plasencia. Este año se cumple, por cierto, su vigésimo aniversario, que se dice pronto. Dará la habitual lectura-conferencia, abierta a todo el público, en la Sala Verdugo.
Alonso de Santos nace en Valladolid y desde 1959 vive en Madrid, donde se licenció en Ciencias de la Información (Imagen), Filosofía y Letras (Psicología), y cursó estudios teatrales en el Teatro Estudio de Madrid. Su carrera teatral se inició en 1964 en los grupos de Teatro Independiente, donde trabajó como actor, director y dramaturgo.
Ha sido director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, (y Catedrático de Escritura Dramática), y director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Es autor de cerca de cincuenta obras, estrenadas con gran éxito de crítica y público, entre las que destacan Bajarse al moro, La estanquera de Vallecas y Salvajes (las tres llevadas al cine), ¡Viva el duque, nuestro dueño!, El álbum familiar, Pares y Nines, Fuera de quicio, Trampa para pájaros, La sombra del Tenorio, Yonquis y yanquis, Cuadros de humor y amor al fresco, La cena de los generales, 10 euros la copa, Los conserjes de San Felipe, En manos del enemigo y En el oscuro corazón del bosque, todas ellas recogidas en la Obra teatral que, en dos tomos, publicó en 2008 la editorial Castalia.
Ha realizado versiones de obras de autores como Plauto, Moreto, Aristófanes, Molière, Shakespeare o Calderón, y versiones para teatro de las novelas: El Buscón de Quevedo, y Yo, Claudio, de Robert Graves; y ha escrito guiones de cine, series de televisión, narrativa infantil y novelas.
En el ámbito teórico ha publicado los libros La escritura dramática y Manual de teoría y práctica teatral.
Ha sido galardonado, entre otros, con los premios Nacional de Teatro, Tirso de Molina, Mayte, Rojas Zorrilla, Aguilar, Ciudad de Valladolid, Medalla de Oro de Teatro de Valladolid, Muestra de Autores Contemporáneos de Alicante, Premio Max, y Premio Castilla y León de las de las Letras.
En 2014 fue nombrado primer presidente de la Academia de las Artes Escénicas de España.

21.1.17

Los Diarios de Robayna

Mundo, año, hombre es el título (tomado de la "rueda" de San Isidoro) de la tercera entrega de los diarios del profesor, poeta, ensayista y traductor Andrés Sánchez Robayna (Santa Brígida, Gran Canaria, 1952). Antes había publicado, también en FCE, La inminencia (1996) y Días y mitos (2002)El subtítulo precisa las fechas de estas nuevas anotaciones, que van de 2001 a 2007. En el "Prólogo" resume el alcance de este "combate contra el tiempo" —una suerte de "memorial"— en dos palabras: "Testimonio y crítica". ­­
"Escribo Diarios porque no puedo hacer pensamiento puro", afirma, aunque el tono meditativo marque el devenir de estas páginas (550) donde podemos encontrar, sin orden de importancia, reflexiones sobre la poesía, suya y de otros (como en muchos diarios, el diarista, que lee, incluye citas de distintos autores para hacerlas suyas o debatir sobre ellas); sobre la pintura (es un acreditado especialista y son constantes las menciones a pintores como Tàpies, Morandi, Gaya, Balthus, Sicilia, Broto, Chillida...) y la música (resultado de su condición de apasionado melómano); la traducción (que lleva a cabo solo o en el Taller de Traducción Literaria de la Universidad de La Laguna); las religiones y lo sagrado (anterior, según él, a aquéllas y que "las sobrevivirá"); la neurología en todas sus variantes, etc.
La casa familiar de Tegueste es uno de los centros de interés del libro. Desde allí observa el mundo. Y el paisaje. El cercano (que describe con frecuencia en términos de sensibilidad climatológica: lluvia, viento, atardecer, amanecer, noche, rayo verde, estación...) y el lejano, algo natural en este isleño cosmopolita, lo que demuestra que se puede vivir en la periferia y no ser provinciano. De hecho, una parte sustancial de estos Diarios (como él los nombra, con mayúscula) se dedica a los viajes, casi siempre relacionados con su trabajo docente o con su faceta de traductor y escritor. Viajes, cabe añadir, de un hombre culto, pendiente de los museos, los libros, la historia, los monumentos, las ruinas y, en fin, todo cuanto tenga que ver con esos lugares. Así, los que realiza a Grecia (en dos ocasiones), Marruecos (con escala en Tánger), Alemania, México, Cuba, Colombia... Y a ciudades como Bruselas, Roma, París, Londres, Lisboa, así como a sitios de la península: Madrid, Barcelona (donde estudió), Menorca, Almería, Soria, Bilbao, Salamanca, Sevilla, Santiago de Compostela, León... Mil destinos que visita este inquieto viajero muy relacionado, a lo que se ve, con ese selecto club internacional de poetas que rondan el Nobel. Zagajewski, por ejemplo, con el que tiene varios encuentros. Y ya que nombro a alguien, bueno será destacar que abundan las referencias a sus maestros, Octavio Paz y José Ángel Valente, y a otros autores como Juan Goytisolo, Yves Bonnefoy (que prologa su última antología: Al cúmulo de octubre, recién aparecida en chez Visor), Eugenio Montejo, un joven Jordi Doce... No faltan, en este mismo sentido, menciones a los amigos muertos: Haroldo de Campos, Eugenio Granell, Claudio Guillén, Mario Luzi... Rara vez menciona Robayna en sus diarios a Pepe o a Juan, digamos. De ahí, entre otras razones, lo de "diario de escritor", como reza en la solapa. 
En lo que respecta a sus lecturas, abundan los comentarios sobre los diarios de Gide, Seferis, Jünger, Ferreira, Cioran... O sobre los Cuadernos de Valéry, que traduce en esos años.
Dije viajes y no añadí que casi siempre los hace acompañado. De M. A veces, de A. Su mujer y su hijo, respectivamente. Por eso uno ha sentido una mezcla de dolor y felicidad mientras leía esas páginas, a sabiendas de que esos intensos relatos en los que apreciamos la compañía de M. como cómplice necesaria no volverán. No a partir de los diarios de 2015: Marta Ouviña Navarro, que fuera jefa de la Sección de Humanidades del Servicio de Biblioteca de la Universidad de la Laguna, falleció en octubre de 2015.
Son sustanciales los razonamientos sobre su libro más conocido: El libro, tras la duna, publicado en 2002.
La Provincia
Menudean las reuniones con poetas a los que admira, como Eugénio de Andrade, en su casa de Oporto. O con otro portugués, António Ramos Rosa, ya en su decrepitud, al que visita, en compañía de Ángel Campos Pámpano, en su piso de Lisboa. (Por cierto, me hubiera gustado que, además de nombrar al poeta extremeño, hubiera añadido algún comentario acerca de él o de su obra.) Emocionante me ha resultado también la visita a la casa del arquitecto mexicano Luis Barragán. Como acertada le parece a uno su apreciación sobre las bibliotecas personales, no tan autobiográficas como Manguel sugiere si tenemos en cuenta la cantidad de libros que ocupan sus estantes por voluntad ajena, o el capítulo de  los sueños, que narra con cierta asiduidad.
Se echan de menos algunas reflexiones sobre la tensa recepción de la antología Las ínsulas extrañas, si bien aborda ese asunto de pasada; en relación, pongo por caso, a su crítica negativa y general de la poesía española actual y a la irrenunciable naturaleza americana de nuestra lírica. También llama la atención, en sentido anecdótico, la pormenorizada lista de los hoteles y restaurantes que visita en todos y cada uno de sus viajes (que aparecen aquí con sus nombres respectivos), así como ciertos, inevitables rasgos de vanidad que sin duda chirrían en un poeta tan elegantemente invisible como él. 
Las opiniones sociales y políticas añaden poco al conjunto. Tampoco aportan gran cosa sus ataques a un singular poeta de las tradiciones (y acreditado diarista) al que no nombra. Lo curioso es que ambos comparten íntima amistad con otro protagonista de este diario: Juan Manuel Bonet. Vuelve, con sentido crítico, sobre Cernuda y muestra reparos por la poesía de Szymborska (al menos en español) o por las reflexiones de Steiner, con el que coincide en uno de sus viajes a Marruecos.
Como en su poesía, el rigor es aquí virtud y éste un memorial que ante todo da fe de la vida de un hombre.  

Nota: Esta reseña (sin enlaces) ha aparecido publicada en la revista Clarín, nº 126.

20.1.17

Cercas dixit

Ulises Carrión
Dice Javier Cercas: "Lo bueno de no leer es que, digas lo que digas, casi siempre te parece que lo que dices es muy original. Lo malo de leer es que, digas lo que digas, en cuanto te descuides acabas descubriendo que incluso las cosas que te parecen más originales ya se habían dicho mucho antes de que tú las dijeses. Conclusión: si quieres seguir sintiéndote muy inteligente, no leas, amigo lector, no leas". De "La peor especie", El País Semanal.

19.1.17

Un viaje extremeño

Ya dijimos aquí atrás que 2016 había sido para el alicantino Antonio Moreno un annus mirabilis editorialmente hablando. El anunciado Estar no estando, su tercer libro del año, acaba de ver la luz. Lleva por subtítulo el que uno le ha puesto a esta reseña y la edición corre a cargo de Pre-Textos y de la Fundación Ortega Muñoz, que cuenta con una colección, Territorios escritos, donde ya han aparecido textos sobre viajes a Extremadura del escritor húngaro László Krasznahorkai, el filósofo alemán Peter Sloterdijk y el polígrafo salmantino Fernando R. de la Flor. También existe un catálogo de Río Luna Río, del artista británico Hamish Fulton, otro paseante por este oeste. El libro que nos ocupa tiene la particularidad de que se ha coeditado con el sello valenciano en lugar de aparecer en la colección extremeña. 
En 2014, y tras tomarse un año sabático como profesor de instituto, Moreno, residente desde hace años en Elche, toma la decisión de iniciar un viaje a pie. Apenas deja su puesto de trabajo, en el mes de septiembre, coge un par de trenes hasta Mérida con el fin de recorrer una parte del camino a Santiago, por la denominada Vía de la Plata, entre la capital de la Comunidad Autónoma, la antigua colonia Augusta Emerita, y el pueblo balneario (con termas romanas también) de Baños de Montemayor, la última localidad de la provincia de Cáceres situada en la mencionada ruta. 
El libro, claro está, es el resultado de la elaboración literaria de sus notas de viaje. Bajo ningún concepto se trata de una guía turística. Está escrito en tercera persona. Quien relata y reflexiona en voz alta es "el caminante". En soledad y silencio, éste anda "larga y demoradamente". Y todo "verdadero caminar lleva al despojamiento, a donde ya nadie es nadie". Dialoga, eso sí, con el niño que fue (reconoce que éste fue, sobre todo, un viaje a la infancia) y con los muertos. Y con algunos vivos. Telefónicanente con su añorada mujer y con su madre. De viva voz con paisanos y peregrinos, como él. 
¿Por qué Extremadura? Tal vez porque "la fronteriza Extremadura viene a ser la tierra de nadie. Siempre ha sido la región del retiro". Recuerda Yuste. "Es el lugar de los silencios". Y añade: "Todo viaje veraz es un viaje al extranjero". Y al pasado. Como cualquiera, más que nada "interior". De ahí lo de las reflexiones, que abundan a lo largo de estas páginas. Sobre todo lo humano y lo divino. Y con especial interés en las palabras. En la escritura. En la poesía. Por algo Moreno es un poeta meditativo.
"Hemos venido a mirar", dice con César Simón, de ahí que menudeen las descripciones. Del campo, mayormente. Del paisaje por excelencia de estas ásperas tierras: el muy civilizado de la dehesa. "Tan ermitaña". Donde, por cierto, nunca se siente solo. 
Resfriado y tosiendo, ligero de equipaje, camina por Aljucén, Alcuéscar, Valdesalor, Casar de Cáceres, la cola del embalse Alcántara -por Alconétar, cerca de Garrovillas-, Grimaldo, Carcaboso, Cáparra y todo el inmenso espacio que las enlaza y las circunda. Se aloja en albergues y hostales. Come poco y duerme mal. La melancolía es una compañera inseparable. Por lo demás, "nada es insignificante", así que, como "deslumbrado testigo", cuenta y canta las azarosas situaciones que se le presentan. Con los pocos que hacen, como él, el camino. Con un perro fiero. Con los hombres, mujeres y niños que se cruzan en su ruta... En su fugaz paso por Cáceres, evoca la colección Baluerna. Sigue las enseñanzas de otro amigo del paseo: Josep Pla (de quien toma el nombre la inolvidable colección). Se topa con las obras del AVE. O con las murallas almohades, de cantos rodados, de Galisteo. Pasa unas horas intensas con Juan Acevedo. O mantiene una larga charla con la señora Elena, que sin haber recorrido un kilómetro siquiera del camino, lo conoce al dedillo y es capaz de trazar un plano detallado del mismo. Dice cosas graciosas; así, al observar el rótulo de la calle Dulce Chacón de Carcaboso, el caminante afirma: "Por lo visto, en Extremadura tienen más presentes a los escritores que en su tierra". 
El sentimiento que prevalece es el de gratitud. Está en sus versos. Y en los de otros contemporáneos suyos que a uno le resultan cercanos, si bien muy distintos entre sí, como Vicente Gallego o Fermín Herrero. "El caminante no ha venido aquí para sino para asentir, para confirmar, no para perseguir ni revolver, ni para buscar o hacer demandas". Alaba la tranquila vida provinciana y de aldea. En un momento dado, escribe: "No hay dicha como ésta. Ser agradecido: amar, andar, dormir y sentir, comer y beber. Y haberse marchado antes de haber partido para siempre. Estar no estando. Es todo". 

18.1.17

GHB, premiado de nuevo

GHB en Centrifugados 2016
Gonzalo Hidalgo Bayal vuelve a ser noticia. Porque ha sido proclamado flamante ganador del Premio Centrifugados 2016 por su novela Nemo, de Tusquets Editores. Es la primera vez que se convoca este galardón destinado a elegir el mejor libro de un autor extremeño publicado cada año. A su modo, sustituye a los extintos Premios Extremadura a la Creación, de tan feliz memoria. Su instigador es el liliputiense José María Cumbreño, quien inventó el encuentro de literatura periférica del mismo nombre, y carece de dotación económica.
El jurado de esta primera edición ha estado compuesto por Olga Ayuso, Pilar Galán, Enrique García Fuentes, Carmen Hernández Zurbano, Miguel Ángel Lama, Elías Moro, Miguel Murillo, Basilio Sánchez, Juan Ramón Santos y quien escribe. Hecho el recuento de los votos emitidos por todos los miembros, el resultado fue elocuente. ¿Lo mejor? Además de la justa y limpia victoria, que había libros, una estupenda cosecha. De los autores Juan Ramón Santos (con dos obras, una por género), Alonso Guerrero, Jorge Márquez, Javier Morales, Gsús Bonilla, Inma Chacón, Julio César Galán, Javier Cercas, Teresa Guzmán, Elías Moro, Víctor Peña Dacosta, C. L. Andrada, Marino González Montero, Francisco Rodríguez Criado, Pilar Galán, Jesús María Gómez y Flores y Carmen Hernández Zurbano. También estaba en la lista de obras votadas el libro sobre el Cementerio Alemán de Yuste, de varios autores, editado por La Rosa Blanca de Salvador Retana. Ah, aunque no entraba en liza (un gesto que le honra), uno de los mejores de 2016 fue, sin duda, Contar, de un tal Cumbreño.
¡Enhorabuena al ganador! ¡Larga vida al premio! No, no podía empezar mejor. 

El Gerardo Rovira

Se lanzan las bases de la cuadragésimo novena edición del Concurso Literario "Gerardo Rovira", un certamen para creaciones en prosa y verso de alumnos de Enseñanza Secundaria que organiza el IES Gabriel y Galán de Plasencia en memoria del que fuera profesor de ese instituto, el más antiguo de la ciudad. Como he contado alguna vez, uno tuvo la suerte de ser su alumno de Literatura en el viejo COU (curso 1975/76) y a él le debo en buena medida mi afición a la lectura. Durante unos años formé parte del jurado, aunque no el año que lo ganó el bachiller Juan Manuel de Prada.  

17.1.17

Mujica, Piqueras y Aranda en EC

Barro desnudo
Hugo Mujica
Visor. Madrid, 2016. 100 páginas.

En 2013, Hugo Mujica (Buenos Aires, 1942) publicó Del crear y lo creado. Poesía completa.1983-2011, aunque precisó que más bien se trataba de su obra «esencial». Ese mismo año apareció Cuando todo calla (Premio Casa de América) y ahora este nuevo libro que ahonda en una poética sustantiva, perfectamente delineada. En él, poemas muy breves, ubicados tipográficamente a pie de página, que suelen constar de una parte descriptiva (a modo de iluminación, vislumbre o epifanía), basada en el poder de la mirada, y de otra donde se hace evidente una sentencia o lección, en tono aforístico casi siempre. Los poemas van numerados y sin título y el primero es una suerte de poética: “toda poesía es barro / barro de sed partido. / Plegaria”. Lo religioso, de diversas tradiciones, es connatural a esta poesía meditativa donde el blanco de las páginas evidencia un silencio, otra de sus claves: “Solo el silencio / dice lo otro / y tanto más / que lo que hemos callado”. “El silencio da a escuchar / y en lo que se oye / calla”. De ahí el sabio uso de la elipsis (“Llueve, y se es niño”) que da, en su economía verbal, una delicada atmósfera de insinuación, veladura o sugerencia a lo escrito. La desnudez –el despojamiento, lo ascético– es aquí norma, y no sólo física: “es la de quien es / por fuera su / adentro”.
Tras el vacío y la nada (“la nada que somos / es el todo que buscamos”), lo otro (“Todo es siempre lo otro, / su más acá y allá de sí”) y los otros (“y es siempre en la vida de otros / que entrevemos / la más propia” o “es desde afuera / que la vida / se encarna: es unos a otros / que nos estamos creando”).
Crear, sí, es otra de las preocupaciones de Mujica: “no es ni un saber / ni una certeza, / suele ser un tal vez / y un presentir, / es la espera y la intemperie”.
En esta poesía del pensamiento, lo paradójico, por natural, es inevitable. Así cuando leemos: “Es cuando no buscamos / que lo desconocido llega, / es cuando viene lo otro / que nos trae lo que somos”. Porque “lo que buscamos no existe, / al vivirlo lo creamos”.
En esta poesía de corte humanista no puede faltar el cálculo sobre nuestra propia condición: “bastaría no quererlo todo, / bastaría hacer casa / en la herida que somos”. Ni tampoco la presencia de la muerte: “ese miedo es la muerte: / ese miedo a la vida”, leemos. Y en otro sitio: “No basta con saber /  que moriremos, / a la muerte hay que escucharla”.
Con palabras sencillas, Hugo Mujica logra acercarnos al misterio, y nos consuela: “saber que no habrá victoria / es lo que da grandeza al combate”. Abrazados el dolor y el amor, dice, entre la renuncia y la ausencia, el poeta nos desvela “la gracia de la desnudez” mencionada por Broch.


Padre
Juan Vicente Piqueras
Renacimiento, Sevilla, 2016. 116 páginas.

Piqueras (Los Duque de Requena, 1960) dialoga aquí con su padre muerto y consigo mismo. De paso, sin remedio, interpela al lector. Aunque todo es fragilidad en esos trágicos momentos, no faltan ironía y humor en estos poemas dichos en un lenguaje claro y de tono natural donde menudean expresiones rurales y cotidianas. 
El poeta se ve obligado a regresar a su lugar de nacimiento: "La aldea no se acaba. / Yace aquí, en lo que escribo". Allí le espera la infancia. Con ella, los recuerdos, los juegos con el padre (el escondite, el ron, el gua), los trabajos del campo, las manos de Fermín haciendo pleita, los animales, la viña…
Dije memoria y ahora digo olvido. Porque el padre la ha perdido: "No me digas que no me reconoces / porque entonces ni yo sabré quién soy".
En medio, reflexiones sobre la propia vida del poeta. Anotaciones del diario de un cuidador: "No se puede escribir una agonía / y sin embargo alivia convertir / en versos el dolor, el miedo en música. / No se puede decir y sin embargo".
La parte final recoge poemas de título tan explícito como "Acta de defunción", "Pésame mucho", "Lápida Sudáfrica", "Dermatitis utópica" o "Pensión de viudedad", que junto a "Los agujeros del hijo" se ocupa de la madre. "Inolvidar" es otro poema importante, como "Dos golondrinas": "Yo sigo siendo tú, no te preocupes, / soy tu guarín, tu viña, tu manera / de no morir". El que cierra el conjunto, "Nombres borrados", deja al lector sin ellos.    

Épica de los raíles
Verónica Aranda
Devenir, Torrejón de la Calzada (Madrid), 2016. 80 páginas. 

Aranda (Madrid, 1982), viajera impenitente por diferentes países, mujer nómada, ha concebido un bonito libro sobre la errancia. Esta suerte de diario de viajes consta de cuatro partes. En la primera, la selva es protagonista. La atmósfera de agobiante humedad, su exuberancia, se transforma en jugosos, contenidos y rítmicos versos que delatan un delicado y sugerente clima erótico donde dos mujeres se desean: “su voz sonaba a lluvia / cayendo sobre árboles de nim”.
Aranda recorre en la segunda India, un país que conoce bien, y Argentina, en trenes donde bulle la vida: “Tomo un expreso hacia regiones áridas. / Vine también a sondear mis límites”. En “Canícula”, la tercera, se traslada a los tristes trópicos americanos: “Nunca sabré el lenguaje de las islas”.
Siempre, de por medio, el asombro, el paisaje, el amor… En la cuarta, en fin, una constatación desde el “azul glaciar” de las tierras nórdicas: “Toda patria es exilio”.  

Nota: Las reseñas de los libros de Mujica, Piqueras y Aranda parecieron en El Cultural el pasado viernes.        

16.1.17

Diccionario de Autores

Entre las primeras iniciativas tomadas por la nueva directiva de la Asociación de Escritores Extremeños (AEEX), que preside mi vecino, el escritor Juan Ramón Santos, están, además de seguir con la labor de las Aulas de Literatura y los Talleres, la de publicar un Boletín de Novedades Literarias, volver a imprimr en papel la revista El Espejo y editar en su página web (muy revitalizada, por cierto) un Diccionario de Autores, lógicamente extremeños. Porque nacieron aquí o porque están vinculados a esta tierra. No somos gente excluyente, ni siquiera regionalista, eso queda para mentes más retrógradas. 
Cuando se puso en marcha el Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura, a principios de la pasada década, tuve ocasión de impulsar, con la inestimable ayuda de Paco López, un portal de aire enciclopédico que denominamos "Escritores de Extremadura". El objetivo era parecido. Periclitó hace tiempo, según creo. Ahora todo es más sencillo técnicamente hablando, sobre todo si se cuenta con la solvencia de personas como José Manuel Vivas, que es quien se encarga de que el invento funcione. 
Uno acaba de incorporarse al listado, que no es estrictamente canónico. Por eso los promotores animan a que se sumen más autores.
En fin, me alegro de que la AEEX mantenga la vitalidad necesaria en estos tiempos de tribulación, más si tenemos en cuenta que en Extremadura, y en lo que a la literatura se refiere, aunque algo se haga desde las diputaciones y los ayuntamientos, o no hay política cultural o es invisible. José Julián Barriga estará contento de que sea la sociedad civil quien al cabo se encargue de un asunto que a Vara, se ve de lejos, no le interesa, y eso que el área en cuestión depende de Presidencia. A ver qué sucede con los anunciados cambios.

14.1.17

Un cuento chino

Que me perdone el villanovense Diego González (1970) por lo que voy a decir, pero tan importante como su nueva novela me parece el hecho de que ésta haya sido publicada en la colección La Gaveta, que por fin resucita de entre la desidia y los recortes, una de las más emblemáticas de la Editora Regional de Extremadura, algo que no alcanzó a comprender, para sorpresa de todos los que estimamos ese sello público, su anterior directora. Dicho esto (que había que decir), conviene resaltar desde el principio que esa resurrección es aún más feliz por la obra elegida, digna de figurar en ese selecto catálogo que cuenta, además, con un bonito diseño, clásico y ejemplar, concebido por el periférico Julián Rodríguez. En esta ocasión, con un delicado motivo de Hokusai en la cubierta.
En 2008, González (un periodista en el más amplio sentido del término que en la actualidad trabaja como guionista y productor de contenidos audiovisuales) publicó la novela La importancia de que las abejas bailen, premio Felipe Trigo de Narración Corta. Es autor también de dos libros de poesía: Mudanzas en los bolsillos y Mil formas de hacer la colada. Ahora, Planes para no estar muerto. Sobre esta novela breve, el autor ha dicho: "El lector se encontrará una historia en la que se habla de la muerte, pero desde un punto de vista vital. Una historia de personas que se necesitan y se entregan para seguir viviendo. El personaje principal, Ache, es un joven de origen chino que escribe listas de cosas por hacer para los que temen morir, porque en el lugar del que procede los ancianos aseguran que la muerte se lleva a los que olvidan que tienen cosas pendientes. Un día un anciano le encarga un trabajo: fabricar planes para que la niña-gato no pierda la cara. Ese es el arranque". Y está bien contado, que no de otra cosa se trata. Tampoco conviene ser más explícito. Podemos decir, sí, que Ache confiesa: "Me dedico a escribir para los que tienen miedo. Fabrico planes para mañana". Como el encargo de Dao Ji ("hombre de fuego") acerca de Xiu Mei. O que hay en esta historia de historias hay fantasmas (incluso Hambientos), espectros, ancestros, fuego, sombras ("Lo mínimo que nos queda cuando no tenemos a nadie") y mil referencias más a ese mundo mítico o simbólico de las tradicionales creencias chinas que, como el resto, está muy bien documentado. Aunque no estemos ante una novela histórica, la verosimilitud del relato se apoya, entre otras razones, en esa labor concienzuda de documentación. Por ejemplo, cuando habla de ciudades chinas como Liuzhou, Xian o Dafen. No parece, diría, que es un extremeño el que narra cuanto aquí sucede. Efecto conseguido.
La imposibilidad de volver, la necesidad de huir (hacia Xibanya: "toda huida esconde una necesidad") están en el centro de la narración. Y el miedo. Y la muerte, ya se dijo. De ahí esas listas, ese "catálogo de letanías", esas "trampas para frenar la vida", que mientras existan impedirán a aquella ejecutar su inevitable acción.
Dije "historia de historias" y por eso menciono la de Liu Guojian y Xu Chaoqing, la de los "seis mil peldaños".
Me ha gustado especialmente el tratamiento que González hace del lenguaje. Es tan esencial, ajustado y conciso como la nouvelle. Fondo y forma. A pesar de que puede inducir a confusión, un lenguaje lírico, en el más hondo sentido, sin que ello quiera decir que no estemos ante un inquietante artefacto narrativo perfectamente contado, insisto. Me congratulo. 

13.1.17

Tres cosinas

Hoy, viernes y 13, publican en El Cultural tres reseñas que uno ha escrito sobre tres estupendos libros de poesía: Barro desnudo, de Hugo Mujica (Visor); Padre, de Juan Vicente Piqueras (Renacimiento); y Épica de los raíles, de Verónica Aranda (Devenir). 
A las 20:00 horas en La Puerta de Tannhäuser se presentan dos libros de Julio César Galán. Bueno, uno suyo y otro de Jimena Alba, que es uno de sus heterónimos. Se trata de El primer día e Introducción a la lengua de las mariposas. Acompañará al poeta cacereño el placentino Francisco Fuentes. 
Por lo demás, agradezco a Julio Pérez que haya comentado en su blog "lo de Gonzalo". Aquí no hay más mérito que el del autor de El espíritu áspero. Lo demás... Sí, todos contentos. 

12.1.17

El pintor Gordillo

Conocimos al pintor Luis Gordillo a principio de los noventa en un curso de la Menéndez Pelayo (UIMP), cuando ésta tenía sede en Santa Cruz de Tenerife. Me tocó compartir con él una mesa redonda donde el tema central era la noción de lugar. Su intervención fue a buen seguro lo mejor de ese acto interdisciplinar (la pintura, la poesía, la arquitectura). Desde entonces ha seguido uno con más atención si cabe la carrera del pintor sevillano, reconocido con premios como el Nacional de Artes Plásticas o el Velázquez. 
Diego Vaya, autor de Luis Gordillo (insularidad e inconformismo), estaba hasta hora en mi lista de poetas. En La Isla de Siltolá precisamente ha aparecido su ensayo sobre la obra de este artista solitario e inconformista que si por algo se caracteriza es por su legibilidad, cosa harto complicada cuando de reflexionar sobre la pintura contemporánea se trata. Eso no quiere decir, y no es que uno sea un experto, que no haya profundidad y rigor en su trabajo, más bien todo lo contrario. Que, por suerte, no apreciamos la jerga crítica, el disparate y la pedantería con la que suelen adornarse este tipo de textos. 
En "Gordillo revisited", a modo de prólogo, habla de su vitalidad, de su pintura en "mutación constante" aunque "hay en la pintura de Gordillo una gordilliscencia siempre intacta" y, en fin, de ese no conformarse que, ya decimos, le ha definido y le define, porque a pesar de su edad sigue al pie del estudio.
Los distintos capítulos abordan aspectos capitales de su obra. El psicoanálisis, por ejemplo (que inició antes de cumplir 30 años), o su relación con el Pop Art (según él mismo, también ha tenido una etapa informalista y, a su manera, una geométrica, aunque de marcado sesgo figurativo, capital, al parecer, para comprender el desarrollo de esa corriente en la España de las últimas décadas), la identidad, su serie Cabezas (uno de los capítulos fundamentales del libro) y la obra gráfica "Celulario". 
Aunque sea tirar para casa, la mirada del poeta sobre el pintor es, desde antiguo, sustancial. A los hechos me remito. Seguro que Luis Gordillo, tras leer lo que ha dicho de su pintura el también sevillano Diego Vaya, piensa igual. 

En la librería El Quijote



11.1.17

Lo de Gonzalo

Entradas

EntradaPáginas vistas
5119
14 oct. 2011
4494
19 sept. 2016
3941
22 sept. 2016
1976
1616

Esta es la estadística que me ofrece Blogger esta mañana (06:13) sobre las entradas más vistas del blog desde que existe, hace casi doce años. La carta abierta que envié a mi alcalde, Fernando Pizarro, el pasado lunes, dedicada a Gonzalo Hidalgo Bayal, se ha puesto en cabeza. Ni Venecia (de Gasparini) ha resistido. 
Más aún. Tanto el diario HOY como El Periódico Extremadura (a través de la Agencia EFE) se hicieron eco de la noticia. También lo da eldiario.es. Soy el primer sorprendido. Sé que han intentado ponerse en contacto conmigo desde Canal Extremadura Radio, pero no tengo nada que añadir.
En Facebook la cosa ha sido aún peor. En el mejor sentido, sí, pero con una proyección a la que no está uno acostumbrado. 160 "Me gusta" (16 "Me encanta") y 37 veces compartido. Los comentarios (en torno a treinta), jugosos. Y algunos entusiastas. Se ve que se aprecia su obra. Y a la persona.
El alcalde, que no deja de ser el interpelado, reaccionó desde el primer momento con el mejor talante. Aceptando ambos envites. De hecho, el viernes llevará a Junta de Gobierno la petición de la Medalla de Extremadura para GHB, propuesta que se ratificará en el próximo Pleno Municipal a finales de mes. Es de esperar que sea apoyada por todos los grupos políticos.
La reacción del protagonista ha sido la esperada. Con su tradicional flema higuereña, se ha limitado a aguantar el chaparrón. Por respeto a la privacidad (y para que no me mande, como diría Juanra Santos, al carajo) me guardo sus irónicos mensajes de correo, aunque harían las delicias del lector.
Lo importante, bromas y veras aparte: que se reconozca la literatura bayaliana. También en la ciudad y en la región donde ha vivido y trabajado este extremeño del mundo. Las cosas bien hechas...

Última hora: Se confirma que habrá premio y que se intentará lo de la Medalla: HOY y el Extremadura.

10.1.17

Por breve

Alberto Santamaría (Torrelavega, Santander, 1976) reúne en el volumen El huésped esperado. Poesía reunida 2004-2016 (La Bella Varsovia) los libros que ha venido publicando: El hombre que salió de la tarta (2004), Notas de verano sobre ficciones del invierno (2005), Pequeños círculos (2009), interior metafísico con galletas (2012) y Yo, chatarra, etcétera (2015). Añade unos poemas no incluidos en ninguno de ellos y algunos de uno por venir. Deja fuera, eso sí, su ópera prima: El orden del mundo (2003). Tras volver a una obra caracterizada por el rigor y la exigencia, que uno ha tenido la suerte de leer libro a libro, me ratifico en mi primera impresión, contada aquí hace tiempo. El tiempo le ha dado a uno la razón. A la vista está. Y me alegro.

El poeta sevillano Juan Lamillar (1957), que ya editó una antología de poemas  de su admirado paisano Luis Cernuda (Los fantasmas del deseo), presenta ahora Música cautiva, donde agavilla escritos sobre una poesía esencial de las letras hispánicas. Los denomina "acercamientos personales: como lector, como poeta, como estudiosos". Se trata de ensayos, artículos ("Perfil de un centenario"), conferencias ("Semblanza de un solitario"), prólogos (como el del citado florilegio), ponencias, intervenciones en mesas redondas o libros colectivos y de homenaje, etc. Textos que van de 1988, fecha en que se celebró en primer congreso internacional sobre su él y su obra, hasta 2014, recién celebrado el cincuentenario de su muerte.
Acaso el más extenso y ambicioso sea "La música en Cernuda" (el único actualizado), de ahí el título elegido, de un poema del autor de Ocnos

Eduardo Moga (Barcelona, 1962) publicó una primera edición de Corónicas de Ingalaterra en La Isla de Siltolá (2015). Ahora, lo que fueron las páginas de un blog sobre su estancia en Londres (desde septiembre de 2013 hasta noviembre de 2015), aparecen de nuevo en Varasek Ediciones. Allí el subtítulo era "Un año en Londres (con algunas estancias en España)", aquí: "Una visión crítica de Londres". En ambos casos, las crónicas y las reflexiones -trufadas con reseñas y lecturas- de un hombre con carácter que lanza constantes miradas incisivas sobre la realidad. Alguien que no suele dejar a nadie indiferente. 

El polifacético escritor gaditano José Manuel Benítez Ariza (Cádiz, 1963) edita en el Servicio de Publicaciones de la Universitat de Valencia Cosas que no creeríais: una vindicación del cine clásico norteamericano. Tras una explicación acerca de lo que queremos decir cuando decimos "cine clásico norteamericano", divide la obra en cinco partes (a las que añade una bibliografía y un índice onomástico): "La palabra como opción", "Un primer clasicismo", "Hacia el nuevo Hoollywood", "La generación de los 70", "Después del cine de autor". Películas, directores, actrices y actores, géneros... Un intenso e informado viaje por "la forma de narrativa popular de mayor influencia en el último siglo". Sin duda, un auténtico festín para cinéfilos. 

La recién resucitada Editora Regional de Extremadura, que dirige el citado Moga, ofrece dos nuevas entregas de su colección de Poesía: Caducidad del signo. Poesía reunida (1994-2016), del zamorano Juan Luis Calbarro (1966), y Acordes de una antigua canción, de José Agudo (Fregenal de la Sierra, 1952).
Calbarro, que ya había publicado en Extremadura ("la tierra de mis abuelos"), reúne los libros Elegía sajona (que cierra a modo de epílogo un precioso poema de Julio Martínez Mesanza), Circunstancias de la metamorfosisEl signo de Caín, Sazón de los barrancos, Museos naturales y Roma devicta, así como los inéditos Lobo y Breviario de Fuerteventura (un conjunto de haikus con prólogo de Jorge Rodríguez Padrón), además de dos poemas, uno con el mismo título del libro.