28.8.20

Sibila 61


Abril de 2020 es la fecha que encabeza este nuevo número de la lujosa revista sevillana de arte, música y literatura que dirigen con tanta pasión como acierto el matrimonio formado por Juan Carlos Marset y Patricia Ehrle. Da gusto tenerla en las manos y ante los ojos. Por su impresión en papel de Amalfi y por los contenidos que ofrece. No es extraño que patrocine esta ya larga aventura la exigente Fundación BBVA.
La portada es de Xesús Vázquez, así como las "Imágenes" centrales ("fotogramas con resolución falseada del vídeo Paseo"), y a la obra del artista gallego le dedica Alberto Ruiz de Samaniego el ensayo "Lo que en realidad vemos". 
No hace falta recordar, y menos a los habituales de este blog, la importancia que la revista da a la poesía ultramarina escrita en español, mucho más de la mitad de la que se escribe en nuestra lengua. Tampoco que lo sustancial del proyecto se sustenta en la poesía, sin que ello oculte la importancia que se le da a la narrativa (y hasta al teatro), al arte y a la música. Según costumbre, en esta entrega se incluye un cedé con Órbitas, obra de Alfredo Aracil sobre la que el propio compositor madrileño (Premio Nacional de Música en 2015) escribe un extenso texto que cierra el número.
Del amplio índice, uno se ha fijado en ciertos autores; vamos, en los poemas de algunos poetas. No podía empezar mejor: con cinco del mexicano Fabio Morábito, de lo mejor que uno le ha leído. En el primero, el más extenso, dice: "Qué me importa a mí el suceso en vivo, / si todo al fin y al cabo está en pasado, / estrictamente hablando". Y más adelante: "¿Alguien ha visto una palabra?". "Esta tarde, mi bien" (palabras de Sor Juan Inés de la Cruz) es un precioso poema de amor. Y el último ("Poder decir / los pies hermosos de las turcas"), una mezcla perfecta de lírica y cosmopolitismo, algo natural en este poeta de origen italiano nacido en Alejandría. 
Los poemas de Lola Mascarell me han deslumbrado, lo confieso. No doy en mi desordenada biblioteca con ninguno de sus libros y eso que alguno me habrá llegado. "Todo lo que nos duele es pasajero", escribe. Necesito creerla. También buscar más versos de la valenciana. 
Otra mujer, la argentina Silvia Japaze, reclama mi atención con sus ocho poemas sin título: "Busco en el calor de mi palma / lo escrito en la piel".
De Jenaro Talens hacia demasiado tiempo que no tenía noticias. Qué agradable sorpresa saber que sigue escribiendo poesía y que esté a la altura de la que escribió en el pasado. Me ha gustado mucho esa unión de pensamiento y experiencia que apreciamos, por ejemplo, en "Curriculum vitae". En "No preguntes por qué" escribe: "No olvides que la vida solo existe en presente / porque morir requiere aprendizaje". 
Muy buenos los poemas de otro argentino, Ernesto Luis Álvarez y del peruano, residente en Nueva York, Miguel Ángel Zapata: "Escribo poemas caminando". Los árboles centran su discurso: "La poesía es así: un árbol desconocido / que cruza la ciudad".
Y los breves y certeros de los colombianos Jorge Cadavid (el último se titula "Diario de un virus": "Confinados por la peste / corto por primera vez / el cabello de mi mujer") y Rubén Darío Lotero.
Tres españoles acaparan después mi atención (menciono a los poetas por orden de intervención). Me refiero al riojano Paulino Lorenzo ("Hablamos con los muertos cada día"), el asturiano Jordi Doce (que vuelve a sorprenderme con cinco poemas magistrales de un nuevo libro en curso: "-si el mirar / fuera la solución y no el problema-") y el andaluz de Melilla Antonio Rivero Taravillo ("Me van saliendo canas en el nombre").
Destacables son los aforismos del valenciano Carlos Marzal ("Solo he ido invencible con mis hijos en brazos" o "La cerveza, a mediodía, tiene profundidades cosmológicas"), los diarios argelinos del extremeño Julio César Quesada Galán (del que uno espera la versión completa) y las prosas nocturnas (entre poéticas y filosóficas) de Francisco Jarauta. 
No faltan en esta entrega estudios sobre obras de Ernesto Cardenal, Carlos Germán Belli, Antonio Pigafetta (cronista de la expedición de Magallanes, leído, entre otros, por Neruda), Valéry, Lezama Lima, Coetzee...
La narrativa está firmada por Juan Casillas Núñez, Robinson Quintero Ossa y Daniela Londoño Ciro.
Un festín, ya se ve, el que nos presenta el nuevo número de Sibila. Esperamos muchos más. 

23.8.20

Desde Brooklyn con amor

El número 31 de Cuadernos de humo, que es a su vez la décima entrega de Donde está el fuego, editado en Nueva York (en Brooklyn, para ser exactos) por Hilario Barrero (que lo fecha el 7 de agosto, un día antes de mi último cumpleaños), reúne, en "La mañana de sábado", siete excelentes poemas ingleses "de amor y muerte" en traducción del propio Barrero. De los poetas George Herbert, Andrew Marvell, Raymond Carver, Philip Larkin, Seamus Heaney, Hugo Williams y Louise Glück. El resto son versos de poetas de estupendos poetas españoles, entre los que señalo a Carlos Medrano, que, como suelo repetir, no se prodiga. Subrayo también que se ilustra con cinco acuarelas de la haikista Susana Benet y que Vicente García reseña con concisión Tus pasos en la niebla, de Pablo Núñez. 
Con el tácito permiso del neoyorkino de Toledo, copio el breve poema de mi admirada Glück, aunque también me han encantado, por ejemplo, los de Carver ("Su mujer. Durante cuarenta años la pintó. / Una y otra vez. El desnudo en su último cuadro / igual al desnudo joven del primero. Su mujer") o Larkin ("Las relaciones sexuales comenzaron / en mil novecientos sesenta y tres / (lo que fue más bien tarde para mí) / entre el fin de la prohibición de Chatterley / y el primer elepé de los Beatles").

PRIMER RECUERDO 

Hace tiempo fui herida. Viví 
para vengarme yo misma 
de mi padre, no 
por lo que él era 
sino por lo que yo fui: desde el principio del tiempo, 
en la infancia, creí 
que el dolor quería decir 
que yo no era amada. 
Quería decir que yo amaba. 

FIRST MEMORY.- Long ago, I was wounded. I lived / to revenge myself / against my father, not / for what he was— / for what I was: from the beginning of time, / in childhood, I thought / that pain meant / I was not loved. / It meant I loved.

16.8.20

Conclausa

Hace unos meses, en pleno confinamiento por culpa de la atroz pandemia de la covid, Victoria Alzina y Carlos Iglesias, filólogos por la Universidad de Extremadura, tuvieron la feliz idea de editar una antología que recogiera testimonios acerca de ese involuntario encierro que padecimos y, visto lo visto, parece que estemos a punto de volver a soportar. Aquel proyecto es ya realidad y se titula Conclausa. Lo ha publicado la citada universidad y se abre con un texto ("Desde el balcón -prólogo y aplauso-") del principal animador, junto a los editores, del invento: Miguel Ángel Lama, catedrático de la Facultad de Letras cacereña y director, a la sazón, del Departamento de Filología Hispánica y Lingüística General. 
Le sigue una concisa introducción de Alzina e Iglesias que va al meollo del asunto. 
Ya se ve en la imagen que el número de colaboradores es muy amplio. La muestra recoge textos literarios en prosa y verso, ilustraciones, fotografías o dibujos, breves ensayos y, en fin, cuanto cada cual ha considerado el soporte necesario para expresar la desazón y el desconcierto, por resumirlo en apenas dos palabras. 
No quisiera menospreciar el trabajo de nadie, a buen seguro que ninguno desmerece, pero me han llamado la atención la potente foto de Tete Alejandre ("Diálogo") con la que comienza la selección; los siempre personales dibujos de Javier Alcaíns; las viñetas (el cómic) de Julia Lama, tan cercanas a lo que nos importaba hace apenas unos meses; los poemas de Dionisio López (para mí, una agradable sorpresa), Carlos Medrano, Juan Ricardo Montaña (dos raros, en el mejor sentido, en tanto que poetas poco habituales), Emilia Oliva, Antonio Rivero Machina (con un precioso homenaje a Gambardella con La gran belleza al fondo), Ada Salas (excelente "Bosque") y José Antonio Zambrano; los aforismos poéticos de Basilio Sánchez: "De todo lo posible, el poeta ha elegido multiplicar los panes y los peces"); y las prosas de Alonso Guerrero, Pilar Galán e Isidoro Reguera, que no ha perdido la lucidez que le ha caracterizado y que trae aquí los términos "coinmunismo" y "coaislamiento": "Salvarnos juntos, qué remedio, pero no revueltos". 
Me gusta que el texto de uno, "Ya en mayo (apuntes)", que publiqué en este blog, cierre el conjunto y nada menos que al lado de un poema visual de Antonio Gómez: "Nidal". 
Será difícil que olvidemos lo ocurrido. Con todo, tanto para los que lo hemos vivido como para los que, por suerte, no, queda impresa esta huella. Se quiere indeleble.

13.8.20

Eliseo Diego, 100 años

Al minucioso homenaje que dedicara al poeta cubano Eliseo Diego la revista Rialta, del que ya dimos cuenta en su día, se une el dosier que publica Cuadernos Hispanoamericanos (número 839-840, mayo-junio de 2020) bajo el título de "Eliseo Diego, isla entera". 
Me ha gustado especialmente el artículo de hija Josefina: "Lo que cuentan los libros de la biblioteca de mi padre, Eliseo Diego". 
Por cierto, entre otras muchas cosas, en el muro que Diego tiene en Facebook hay una entrevista reciente con Fefé (apodo familiar de la mencionada hija). 

Nota: La fotografía está tomada de El Universal

2.8.20

EN WELLINGTONIA

                                   Para José Luis Melero

Que vaya por delante que no soy fetichista.
Ni siquiera un mitómano confeso.
Acaricio, con todo, esta madera,
el trozo de parqué del viejo suelo
y siento la emoción del que lo fuese.
Es de la biblioteca de Aleixandre.
Un pecio rescatado del naufragio:
las ruinas de su casa en Wellingtonia.
Regalo de un amigo que es bibliófilo.
Sabe que esa reliquia está pisada
por los pies de lo menos mil poetas.
De Madrid y venidos de provincias.
Los famosos del club del 27,
el etílico grupo del 50,
y antes varios vates de postguerra
y después, cómo no, los venecianos.
Desde Lorca y Cernuda a Villena y Colinas
pasando por Vivanco, Rosales y Valverde,
por Rodríguez, Valente y Gil de Biedma.
Sabe mi amigo que la lista es larga,
que por allí pasó toda la lírica
del fértil, opulento patio patrio.
La recibió tumbado en su chaise longue.
Enmarcaré la pieza y, ya colgada,
evocaré unos versos que he perdido.

Nota: Este poema se ha publicado en el número 20 (como este maldito año) de la revista asturiana Anáfora
La fotografía es de Victoria Iglesias.

1.8.20

Pinero habla de uno

El periodista de Granadilla (que no es un pueblo cualquiera) Félix Pinero publica en el periódico mensual La Aldaba, de las comarcas del norte de Cáceres y Salamanca, este artículo biográfico que también ha aparecido en Extremaduraaldia, Radio Interior y su blog, Puerta de la Villa. Gracias.

ÁLVARO VALVERDE, UN POETA UNIVERSAL EN EL MICROCOSMOS PLACENTINO

Nadie quizá como José Luis García Martín en su blog “Café Arcadia”, a propósito de la recensión a su libro de diarios, “Porque olvido. Diario 2005-2009”, publicada en El Comercio de Gijón y El Diario Montañés [1], define tan nítidamente la peripecia profesional y como poeta de Álvaro Valverde (Plasencia, 1959), al decir que su ciudad es una constante en su obra, pero no es un escritor local porque “ha sabido encontrar un sitio en el panorama nacional, ganar los más importantes premios, hacer oír su voz de lector atento en algunos de los más significativos suplementos culturales... En su microcosmos placentino -añade- cabe el mundo y el protagonista está lejos de ser un personaje plano, como pudiera parecer al principio”, además de calificarle como “el más educado, correcto, profesional, de los poetas españoles contemporáneos”. Subraya el capítulo de las necrológicas, “cuando despide de emocionada manera a escritores amigos, a familiares y conocidos y a la vida familiar, sin incurrir en incómodas intimidades, aunque con alguna concesión al sentimentalismo”. Así, destacamos los más recientes de su blog: “A la tía Isabel” (20/06/20), la hermana pequeña de su suegro, o el dedicado a su prima, “Mi prima Ana” (31/05/20), Ana Carolina Valverde García, “cuyos recuerdos, que me unen a ella, seguirán mientras la cabeza aguante”, que tanto nos emocionare por la bondad manifiesta de su padre, Paco Valverde, y los caminos que ella le abrió, y porque se fue en un “abrir y cerrar de ojos”. [2] 
Maestro de profesión y poeta de vocación, es autor de una extensa obra literaria en poesía, prosa, novela y plaquettes (publicación de pequeño tamaño que se usa para difundir obras literarias de corta extensión, como poemas o cuentos, pequeños folletos en francés). En su blog personal, el autor destaca sus obras “Las aguas detenidas” (1988), “Una oculta razón” (IV Premio Loewe, 1991), “A debida distancia” (I Premio de Poesía Ciudad de Córdoba, 1993), “Ensayando círculos (1995), “Mecánica terrestre” (2002), “Desde fuera” (2008), “Más allá, Tánger” (2014), “El cuarto del siroco” II Premio Nacional de Poesía Meléndez Valdés (2018) y “Plasencias” (2013). Es autor de dos novelas: “Las murallas del mundo (2000), finalista del 49 Premio de Novela Café Gijón, del Tigre Juan y Premio Extremadura a la Creación, y “Alguien que no existe”; un libro de artículos, “El lector invisible”; uno de viajes: “Alguien que no existe” (2005) y otro de diarios: “Porque olvido. Diario 2005-2009” (Editora Regional de Extremadura, 2019). La editorial La Isla de Siltolá publicó la antología “Un centro fugitivo. Antología poética (1985-2012)” y la Editora Regional de Extremadura, “Álvaro Valverde. Poemas (1985-2015)” (2017). [3] 
Además de su trayectoria como escritor, Álvaro Valverde puso en marcha el Plan Regional de Fomento de la Lectura (2002-2005) y dirigió la Editora Regional de Extremadura (2005-2008). Asimismo, fue presidente de la Asociación de Escritores Extremeños (1999-2003) y fundador, junto a Gonzalo Hidalgo Bayal, del Aula de Literatura “José Antonio Gabriel y Galán” de Plasencia. Ha sido colaborador habitual de los diarios Abc y Hoy, que en el año 2000 le concedió el premio “Extremeño de Hoy”. El semanario cacereño Avuelapluma le otorgó en 2015 su premio de las Letras. Es codirector, junto a Jordi Doce, de la colección Voces sin tiempo, de la Fundación Ortega Muñoz. Fu cofundador con Ángel Campos Pámpano y Diego Doncel de la revista hispano-portuguesa Espacio/Espaço Escrito y pertenece al Consejo Asesor de la revista de literaturas ibéricas Suroeste. Es autor de notas críticas, ensayos y poemas en suplementos de periódicos y en numerosas revistas nacionales y extranjeras. Fue colaborador de ABC Cultural y en la actualidad ejerce la crítica de poesía en El Cultural, suplemento del diario El Mundo, así como en las revistas TuriaCuadernos Hispanoamericanos y Clarín. 
Mantiene una columna de opinión en la revista griega Frear y desde 2005 mantiene su blog, Solvitur ambulante. 
Su obra está incluida en las antologías La generación de los ochenta, de José Luis García Martín; La nueva poesía española, de Miguel García-Posada; Antología de poesía española (1975-1995), de José Enríquez Martínez; La poesía plural y Los senderos y el bosque, de Luis Antonio de Villena; Poesía española reciente (1980-2000), de Juan Cano Ballesta; 20 años de poesía. Nuevos textos sagrados (1989-2009), de Andrés Soria Olmedo; Las moradas del verbo. Poetas españoles de la democracia, de Ángel Luis Prieto de Paula, y 33 poetas, del ciclo Poética y poesía, de la Fundación Juan March. Sus poemas han sido traducidos a varios idiomas (inglés, francés, alemán, portugués, italiano, neerlandés y polaco)  y figuran en antologías en alemán, italiano, inglés y polaco. [4] 
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[1] Vid.: García Martín, José Luis: Local, universal, en El Comercio de Gijón y El Diario Montañés de 22/05/2020 y recogido en el blog del autor “Solvitur ambulando” en la misma fecha.
[2] Vid.: Ob. cit. 
[3] Vid.: Valverde, Álvaro: Blog personal “Solvitur ambulando”, desde 2005. 
[4] Vid.: Biografía de Álvaro Valverde, en la web de la Asociación de Escritores Extremeños (https://www.aeex.es/autores/valverde-alvaro/)

Nota: La fotografía está tomada de Vivir Extremadura.