Leo que el aragonés Francisco J. Uriz, Paco Uriz para los más, ha muerto. Y bien que lo siento. Ha sido a los 90 recién cumplidos y en Zaragoza, su ciudad natal.
Aunque poeta, pasará a la mejor historia de la literatura hispanoamericana contemporánea por su labor como traductor. De la poesía nórdica. Vertió a nuestro idioma la obra de más de 150 poetas de esas frías latitudes. Fue "un explorador en la jungla de las palabras", según su paisano Juan Marqués, que escribió un excelente artículo sobre él publicado en la revista Turia.
Su trabajo -recordé en cierta ocasión- fue reconocido con la concesión, en dos ocasiones, del Premio Nacional de Traducción: en 1996 por Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, 1995) y en 2012 por el conjunto de su obra.
La Academia Sueca le otorgó en 1975 el Premio de Traducción y en 2008 el Premio por la Difusión de la Literatura Sueca en el Extranjero. Por su parte, el Gobierno de España le concedió en 2008 la Encomienda de la Orden del Mérito Civil.
Cabe recordar, en fin, que fue el fundador de la Casa del Traductor de Tarazona.
Por este blog pasó algunas veces. Tenía el detalle de enviarme los libros que publicaba (en Libros del Innombrable, sobre todo) y cruzamos algunas cartas que me permitieron conocer un poco al hombre, trabajador incansable, sí, con gran sentido del humor, pero, más que nada, un apasionado defensor de la poesía y un lector con criterio. De cuanto he podido leer gracias a él, me quedo con la poesía de Kjell Espmark y, en concreto, de su libro La libertad del ocaso, donde el sueco alude al "estilo tardío".
En la colección "Voces sin tiempo", de la Fundación Ortega Muñoz, publicamos una de sus traducciones: Partitura, de Gunnar Ekelöf.
En las recientes listas de los mejores libros del año incluí Llueve en la taza, del danés Henrik Nordbrandt (otro poeta excepcional), traducido por él e ilustrado por Kike de la Rubia para Nórdica. Creo que es el último libro que publicó. Descanse en paz.