Así en un solo día se marchita
la flor lozana de la humana vida,
y aunque regresen nuevas primaveras,
ella no vuelve ni rejuvenece.
Cojamos hoy la rosa, en la mañana,
porque pronto se irá la luz del día;
cojamos hoy la rosa, sí, y amemos,
que dar y recibir amor podemos.
Torcuato Tasso, Jerusalén liberada, XVI, 10-15, traducción de José María Micó.
(La fotografía es de la Plaza Mayor de Plasencia en 1926.)