28.12.23

El mundo literario de Hidalgo Bayal



Un deambular circular. Estudios sobre la obra literaria de Gonzalo Hidalgo Bayal
apareció hace algunos meses en la colección Biblioteca Filológica Hispana de Visor Libros, aunque me temo que pocos se han enterado. Algo normal si tenemos en cuenta la miopía crítica que nos invade y, yendo a lo provincial, el interés que suscitan en nuestros críticos las naderías y ocurrencias del patatal patrio, todo lo contrario de lo que aquí se cuece. Hay una excepción, eso sí: la reseña de una de las mejores especialista en Bayal, Concha de D’Olhaberriague, publicada en El Imparcial.
Un deambular circular es un libro de Ana Calvo Revilla, catedrática de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en Universidad CEU San Pablo. En Linkedin precisa que es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid, Licenciada en Filología Clásica por la de Valladolid y Premio Extraordinario de Doctorado. El curioso puede seguir informándose porque hay más en su brillante currículum; por ejemplo, que se ha "centrado en el estudio del microrrelato y en la narrativa española contemporánea, especialmente en la obra de Gonzalo Hidalgo Bayal, José Jiménez Lozano, Ricardo Menéndez Salmón y José María Merino" y que ha "realizado diversos estudios sobre la obra de José Antonio Muñoz Rojas, Jaime Siles y Carlos Marzal". Fue, en fin, fundadora y directora de Microtextualidades. Revista Internacional de microrrelato y minificción
Su antiguo compañero de docencia en las aulas universitarias, el placentino Juan Luis Hernández Mirón (para Bayal, "el landeriano alto", editor de Las cosas del campo), se felicita en su "Nótula" por la salida del libro y añade "Ya iba siendo hora de que alguien fijara su instinto crítico y su preparación académica, y con la debida extensión, en la obra tan estéticamente ponderable de Gonzalo Hidalgo Bayal".
Lo que viene después es un dechado de inteligente análisis crítico acerca de unas de las obras narrativas y ensayísticas más singulares y estimulantes de la literatura española contemporánea. Centrado en tres novelas: El espíritu áspero, Nemo y La escapada, pero con un alcance mucho mayor. Antes de entrar en ellas con detalle, Calvo Revilla repasa la trayectoria del extremeño con una ejemplar lucidez. El título que ha dado a cada uno de los capítulos a que me refiero son elocuentes: "La literatura: condena o gracia", "Bajo el cobijo de las letras", "En la ruta de la seda, eternamente" y "El perdurable oficio de la ficción". Este último se divide a su vez en otras tres partes: "Legendaria Murania: una geografía de autor", "El eterno retorno y las grietas del yo: reescritura del mito de Sísifo" y "Letanía existencial de una nada que duele". 
El lector habitual de GHB o quien al menos haya transitado parcialmente por sus páginas reconocerá en estos epígrafes algunas de las claves de su poética. En quienes no, es fácil aventurar que se abrirán expectativas estimulantes que tal vez les impelan a pedir en la librería más cercana alguna obra suya. En primavera, por cierto, saldrá la próxima. 
Uno de los mayores aciertos de quien conoce tan bien la obra bayaliana es el de haber sabido escoger las citas más pertinentes para que el lector comprenda de forma cabal las ideas que sustentan su escritura, no sólo de raíz ferlosiana. Su cultura lectora -de lo clásico a lo moderno- impresiona a cualquiera. Citas, matizo, que emergen de sus libros y de otros textos y entrevistas en los que GHB alude a lo que ha escrito. Citas, añado, no sólo suyas, sino también de quienes se han acercado a sus libros. Conviene recordar el exhaustivo dosier que le dedicó la revista Turia (número 137-138) en 2021 y que presentamos en Cáceres junto a uno de sus mejores valedores: Luis Landero. Y El efecto M. Territorios narrativos de Gonzalo Hidalgo Bayal, que en edición de Felipe Aparicio Nevado apareció en el sello La Rosa Blanca, donde se recogen las ponencias del Colloque Internacional "Le monde romanesque de Gonzalo Hidalgo Bayal" celebrado en enero de 2012 en Mulhouse, Université de Haute-Alsace (Francia).
Hablando de citas, una de Brodsky condensa el punto de vista principal de su empeño: "Si un poeta tiene una obligación respecto a la sociedad es la de escribir bien". "No tiene otra opción", explica el ruso, si no quiere sumirse "en el olvido". Según Calvo Revilla, GHB "encarna el ideal de escritor que permanece «resuelto a vivir de la literatura como una condena o gracia, y no como un ganapán o medio de hacer fortuna»", palabras que toma de una mención de Juan Goytisolo a su amigo Sánchez Ferlosio, un nombre imprescindible, sí, en la aventura bayaliana. Después lo califica de "narrador esencial" y destaca tanto su "dimensión verbal" como su "tesón lingüístico", lo que genera una "gran densidad expresiva". 
En el segundo capítulo se centra en su biografía. Vuelvo a la mencionada carpeta de Turia para evocar la precisa cronología que allí publicó Miguel Ángel Lama, por más que esta dé sobrada cuenta de los hitos de su vida. 
En el tercero, se aborda lo ensayístico, una labor inseparable de la narrativa; complementaria de aquella, si se quiere. Y ahí tres libros: Camino de Jotán. La razón narrativa de Ferlosio, Equidistancias y El desierto de Takla Makán. Lecturas de Ferlosio. Y otra cita, absolutamente pertinente: "La obra literaria es manifestación de un triángulo avenido, la configuración lingüística de la realidad por parte del escritor, elementos estos (escritor, realidad y lenguaje) que se dan generalmente en conflicto, con supremacía de un vértice sobre otros, acentuando un desequilibrio que marca caracteres de autor o de época, corrientes literarias, movimientos, etc.".
Es obvio que al leer a Ferlosio está, al mismo tiempo, leyéndose a sí mismo. Distingue en él "la conciencia intelectual de la palabra y la confianza en ella". 
Se analizan después conceptos de su maestro que le han servido para exponer su propia poética; así, procedimiento cebolla y procedimiento ajo, narración trascendente y narración inmanente, personajes de manifestación y personajes de existencia, carácter y destino... No se olvida "la intención moral", otra clave necesaria para entender el alcance de su obra. 
Calvo Revilla recuerda lo que uno afirmó hace ya tiempo: que es "el mejor lector" de Ferlosio, algo que avalan ferlosianos de verdad como Pollán, Azúa, Echevarría o Savater. 
El capítulo cuarto, que se inicia con una detallada bibliografía del autor, se subdivide en tres partes. Una está dedicada a su "topografía literaria" y a Murania, que es y no es Plasencia, la ciudad donde reside desde su infancia: Otra al mito de Sísifo (con un oportuno desvío a Camus: "los hombres mueren y no so felices"), la "simbólica circularidad" (atiéndase al título del libro) que orienta su obra laberíntica, los personajes (arruinados, desorientados, viajeros y forasteros, según Calvo Revilla; peripatéticos y memoriados, según Fernando del Val) y a su "capacidad fabuladora". La última afronta la "disposición melancólica", un tono que la caracteriza y donde son frecuentes (suma y sigue) los personajes "apesadumbrados" que sufren la tristeza y el fracaso de sus vidas en lugares tan decadentes como Murania, lo que mueve a la autora a reflexionar sobre el "carácter literario" de la alegoría (de las ruinas, pongo por caso), que GHB reivindica. 
En las últimas páginas Calvo Revilla plantea unas, digamos, conclusiones generales acerca de su obra literaria. En qué tradición se inserta, su estilo ("manierista de gran fuerza narrativa y retórica"), su "prosa de aliento poético", su condición de "magistral orfebre del idioma", su gusto por la "pirotecnia verbal" (una riqueza de recursos sin fin que va, por poner coto, de las figuras retóricas a la creación de neologismos pasando por los juegos de palabras, donde brillan con luz propia sus palíndromos). "Lo importante de la ficción son los hechos que se cuenta", ha dicho GHB, o que "el yo brilla más cuando se esconde".
Los tres capítulos siguientes, como se dijo al principio, se ocupan de tres novelas concretas: El espíritu ásperoNemo y La escapada. De las anteriores, cabe puntualizar, ya se había ocupado la profesora en anteriores ocasiones. Son, sin duda, tres novelas importantes, tanto en la trayectoria de GHB como en el panorama narrativo hispánico de los últimos años. 
Siento debilidad por la primera. La que más tardó en escribir. Publicada por Tusquets -como ha venido siendo habitual desde que rescataron Paradoja del interventor-, sus 560 páginas condensan su mundo de forma sorprendente. No es extraño que Calvo Revilla lo compare con esos clásicos de los que hablaba Italo Calvino. ¡Monumental!
Nemo cumple con una de las obsesiones (limitaciones, diría él) favoritas de Bayal: una novela que se mantenga suspendida en el silencio. En esta, un personaje (Nemo, Nadie, Nimú) decide no hablar. De ella dije: "lo que aquí prima es el poder absoluto del lenguaje por más que, paradójicamente, sirva para urdir una compleja (no digo complicada) reflexión sobre sus límites y sus excesos, sobre la palabra y el silencio. 'La realidad no sólo es terca, también es prosaica y gramatical', leemos". Por eso la autora sitúa a su autor "en línea de continuidad" con Kafka, Roth, Beckett y Buzzati. Forma parte de esa estirpe. 
Reseñé La escapada también para Turia, "una especie de autobiografía moral" (Calvo Revilla dixit) que se atiene a lo sostenido por Fernando Aramburu (otro defensor del legado literario bayaliano): "Que un escritor componga textos con una modulación especial, además de rara (y es inevitable que lo que atenta contra las convenciones lingüísticas despierte al principio extrañeza), es un logro al alcance de contados escritores. (…) Dicho de otro modo, más allá de tres o cuatro renglones es imposible impostar un estilo inconfundible”. Y este lo es. 
Uno ha seguido muy de cerca la carrera literaria, digamos irónicamente, del de Higuera de Albalat y no puedo por menos que corroborar lo que pone en la nota editorial que publicita la salida a escena de este denso ensayo modélico (un verdadero elogio de la filología) escrito por una lectora perspicaz que ha sabido colocarlo a la altura de la complejidad de lo que analiza. Sí, "la obra literaria de Gonzalo Hidalgo Bayal ha sido considerada por la crí­tica como una de las más sobresalientes en el panorama de la literatura espa­ñola contemporánea. La vastedad de su producción literaria, la riqueza y la pro­fundidad de su universo imaginario y la belleza de su prosa impecable así lo confirman".

NOTA: La fotografía de GHB es de Sergio Enríquez Nistal para El Mundo.