11.6.11

Loewe, 20 años

Sí, hoy hace exactamente 20 años que uno ganó el Loewe. Una casualidad, bien lo sé. Tratándose de premios... Con todo, no voy a negar que ese fue un día alegre para mí. Estaba despertando de la siesta a mi hija cuando oí, desde su cuarto, el teléfono. Tuve una corazonada. Por la hora. Luego empezaron a llamar de medios desde los que nunca se habían dirigido a uno: El País, ABC, El Mundo, RNE... Mucho después hablé con Enrique Loewe, don Enrique, que fue quien me dio la noticia "oficial". Unos días más tarde, en la entrega, celebrada en el restaurante madrileño Jockey, conocí personalmente a uno de mis maestros, Octavio Paz, presidente del jurado, y a otros poetas que admiraba, sobre todo, por sus versos: Brines, Colinas, Villena... La sobremesa fue una interminable y jugosa conversación entre Paz y Anson, director entonces de ABC, periódico del que uno era colaborador. Al año siguiente fui jurado (ganó Felipe Benítez Reyes) y desde entonces no me he alejado de la Fundación que da nombre al premio, la misma que ha conseguido, pese a quien pese, hacer de ese galardón un referente de la poesía española de los últimos veinticinco años. Estar por ahí, un honor.

10.6.11

Milosz

A ningún lector de poesía le va uno a descubrir a estas alturas la excelente colección de poesía de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Sobre todo en lo que a traducciones se refiere. La poesía española, sin entrar en jucios de valor, aparece en ese catálogo algo más sesgada, inclinada hacia una determinada tendencia. De acontecimiento puede ser calificada la aparción de Tierra inalcanzable, de Czeslaw Milosz, una amplia antología que ha traducido del polaco uno de los mejores: Xavier Farré, quien además selecciona los poemas elegidos y prologa el libro de manera eficaz. Conviene recordar, con todo, que fue Tusquets quien ofreció la primera y hasta ahora única muestra española de la poesía de Milosz, allá por el 84, donde también aparecieron títulos tan significativos como Otra Europa o El valle de Issa.
Cuando se habla de la "gran poesía", uno nunca sabe muy bien a qué atenerse. Leyendo a Milosz la cosa queda clara: esto lo es. Sin alharacas ni pomposidades. Sin necesidad de engolamiento o presunción. Al leer, uno se dice, por ejemplo: sí, esto es un merecido premio Nobel.
El humanista polaco nacido en la actual Lituania (ya se sabe cómo ha cambiado el mapa de Europa en el último siglo) tuvo, ante todas, una fidelidad: a su lengua materna. A diferencia de otros escritores que cambiaron de idioma, él se mantuvo firme y en su permanente vida de exilio no dejó de alumbrar sus versos en esa humilde lengua poderosa. De su mano atravesó el siglo que le tocó sufrir y nos ha dejado el rastro de esa travesía en un puñado de poemas memorables que destacan por una suerte de lucidez providencial.
Nadie que se acerque a esta poesía quedará decepcionado. Se supone que a poetas así se les puede aplicar sin falsedad ni ironía el título de maestro. Que les cabe con naturalidad esa categoría o ese grado.
Traería uno aquí versos o poemas que pondrían de manifiesto esa afirmación. Mejor que lo descubra cada cual, con la inestimable ayuda de Farré, a través de las luminosas páginas de esa antología necesaria, plena de verdad y belleza, que da fe de la intensa vida de un hombre.

9.6.11

Landero en Extremadura

Mercedes Barrado. Usted ha sido una persona muy fiel a su editorial. ¿Eso forma parte del carácter de uno, es una cuestión de suerte o es que la editorial se porta muy bien? 
Luis Landero. Con mis editores me llevo muy bien desde el principio y no veo motivo para cambiar. Me tratan estupendamente, somos muy amigos, nos queremos mucho y es una relación feliz. Además, me gusta tener mis libros recogidos en un sello para que no estén dispersos por ahí . Y tampoco me gusta ocuparme de las cosas materiales que rodean el libro, de eso se ocupan mis editores y yo me preocupo de escribir, con lo que me facilitan mucho la tarea. Para mí es un lujo haberme encontrado con Tusquets y tener una relación tan leal y tan amistosa con ellos.
(De una entrevista publicada en Hoy con motivo del homenaje de la Unión de Bibliófilos de Extremadura al escritor de Alburquerque.)

8.6.11

Semprún por Mordzinski

Aquí.

Fin de fiesta

Varios amigos me han enviado "Hora de despertar", un sensato y ya famoso artículo de Antonio Muñoz Molina que, sin duda, da que pensar. Fernando Valls también se ha hecho eco. Y supongo que muchos blogueros más. Copio aquí el último párrafo.
"Y autocrítica, insisto, para no ceder más al halago, para reflexionar sobre lo que cada uno puede hacer en su propio ámbito y quizás no hace con el empeño con que debiera: el profesor enseñar, el estudiante estudiar haciéndose responsable del privilegio que es la educación pública, el tan solo un poco enfermo no presentarse en urgencias, el periodista comprobando un dato o un nombre por segunda vez antes de escribirlos, el padre o la madre responsabilizándose de los buenos modales de su hijo, cada uno a lo suyo, en lo suyo, por fin ciudadanos y adultos, no adolescentes perpetuos, entre el letargo y la queja, miembros de una comunidad política sólida y abierta y no de una tribu ancestral: ciudadanos justos y benéficos, como decía tan cándidamente, tan conmovedoramente, la Constitución de 1812, trabajadores de todas clases, como decía la de 1931".

7.6.11

El tercero

Juan Manuel Bonet, que ayer presentó Nord-Sud, me escribe para explicarme que Isidro Hernández también es poeta, "y bueno", ganador de premios como el "Emilio Prados", de Málaga. Me cuenta que es "autor de un diario que te encantaría, El aprendiz, parte de él redactado durante una estancia francesa". Añade que este libro lo presentó él mismo en Tenerife. En fin, ya debidamente informado (obrigado, amigo), pido disculpas por no conocer a un autor que lo merece. Subsanaré el error.

Narradores canarios actuales

Francisco León, Isidro Hernández y Rafael-José Díaz han tenido una excelente idea: editar el blog Narradores canarios actuales, un "espacio para la difusión de la narrativa escrita en Canarias". Dos de ellos, León y Díaz, son poetas. Poetas, no hace falta decirlo, que también escriben prosa. La idea, repito, me parece estupenda. Demuestra generosidad y permitirá a los lectores "de fuera" acercarse a un panorama rico y heterogéneo.  El blog tiene tres secciones, además de la denominada "Comité editor": "Relatos", "Otras narrativas" (que recogerá "fragmentos de novela o entradas de diario hasta microrrelatos, aforismos, crónicas o textos autobiográficos") y "Entrevistas". ¡Larga vida!

6.6.11

Leyendo la prensa: anotaciones

1. No seré yo quien critique que se hable bien de los amigos, sobre todo cuando escriben buenos libros; eso sí, no es lo mismo hacerlo en un blog personal (nada más personal que un blog personal) que hacerlo en un periódico (o en cualquier otro medio de comunicación, digamos, clásico) en la rigurosa condición de crítico.  Obligado, quiero decir, por esa circunstancia. Bajo esa responsabilidad. Sí, porque una cosa es la deseable amistad y otra el despreciable compadreo, ¿o no?
2. Pregunta ABC Cultural con motivo de la salida de su número 1.000 (¡enhorabuena!) "a veinticinco de los más destacados escritores actuales" por los "títulos fundamentales del siglo XXI" y ni uno solo cita un libro de poemas. ¡Pobre poesía!
3. Da mucha lástima ver, sábado sí y sábado también, a ese articulista de pro, uno de los más ocurrentes y elegantes del panorama, compartiendo sección con cierta pareja de impresentables de categoría regional que practican, sábado sí y sábado también, esa forma espuria del periodismo (que rima con matonismo), hoy tan de moda, en la que prima lo chusco, la bravuconada, el insulto... Seguro que en otros sitios ese hombre tiene más suerte. No es difícil. Analizado en positivo, la ventaja es que su columna brilla más. Al lado de las fanfarronadas de esos perdonavidas... Lo dejó escrito el poeta polaco Czeslaw Milosz en el verso final de su poema "Lengua mía fiel": "porque en la desgracia es necesario algún orden y belleza". Y tanto. 

5.6.11

El otro blog

Uno escribe también otro blog. Un blog secreto. Reúne textos que no acaban de ver la luz. Que se quedan para siempre en esa bodega denominada "Creación de entradas". En forma de borrador. Por razones diversas. Casi siempre porque en ellos uno teme ser demasiado directo y, sin pretenderlo, ofensivo. O sólo impertinente. O, en fin, porque uno se dice: total para qué. Sí, soy alguien que duda.
El último borrador, no sé si definitivo, se titula "Amiguitos del alma" y no tiene nada que ver con Camps y compañía. Bueno, algo sí, pero a mucha distancia. A uno le cabrean según qué cosas. Y cierta gente. Sobre todo los que van de listos, como el presunto novelista del inédito post. Nada nuevo.
Como escribir tiene algo de terapéutico, a veces basta con expresar tal o cual opinión para quedarse a gusto. Publicarla ya es otro asunto. Más delicado. El silencio es un arma poderosa. A veces, más que la palabra.

4.6.11

JRM y su terremoto

Andrés Trapiello lo comentó en la presentación de Madrid, uno le dio ese título a su entrada sobre el libro en el blog y Ángeles García titula así su reseña en Babelia. Sea.

Paseos

Que uno sea metódico y siempre pasee a la misma hora no significa que otros no lo sean. En mi horario suelo encontrarme cada día a las mismas personas. Los dos últimos días, por ejemplo, me he cruzado con uno de los habituales. De los de la margen derecha del río (los hay de las dos). Iba por la izquierda, cosa rara. Y no iba solo. Le acompañaba un viejo conocido mío, pero que a uno no le conoce. Por la diferencia de edad. Le tengo localizado desde que era chico y no se me ha despintado nunca. Entre su familia y la mía hubo alguna relación. Por vecindad. Alguien me dijo que era músico, como el amigo con el que paseaba, de la otrora famosa Orquesta Sur. A los dos se les nota. Ha vivido siempre en Suiza, o eso tengo entendido. Ha vuelto a Plasencia con frecuencia: en verano, en Navidades... Cuando era más joven, llevaba el pelo largo. En el pueblo, eso llamaba la atención. Conserva la barba. Dan ganas de escribir su novela.
Cuando cambie al horario de verano (paseos mañaneros, de las 7 en adelante), me cruzaré con otros compañeros de viaje. Podré inventar otras historias. Nuevos relatos que a uno también le gustaría escribir.

3.6.11

Blogs

Tomo este párrafo de una entrevista digital con Javier Celaya, de dosdoce.com, publicada en El País:
Estimado Javier, ¿cómo ves el futuro de las disciplinas humanísticas en la Internet? ¿A qué atribuyes el boom y sucesivo desplome de los blogs a nivel mundial? Gracias.
Hola César. Hace un par de años llegaron a existir más de 200 millones de blogs, hoy sobreviven menos de 45 millones. La tasa de deserción es altísima. Escribir un artículo (post) a diario o semanalmente en un blog lleva mucho tiempo si quieres aportar algo nuevo o un enfoque diferencial. Te lo digo por experiencia dado que nuestro blog tiene más de 5 años de vida en la Red y menos mal que es una tarea colectiva de 3 personas (Jorge Iriarte, José Antonio Vázquez e Iñaki Saldaña). Con la llegada de Twitter, muchos blogueros han cerrado su blog y se han pasado a Twitter que sólo obliga a escribir 140 caracteres.

Woody Allen en París

Fuimos a ver la última de Woody Allen, Midnight in Paris, pasamos el rato, nos echamos unas risas, miramos el reloj varias veces y Y. perdió un zarcillo. Eso fue todo. Quiero decir que le extrañan a uno los elogios que ha recibido la película. No es para tanto. Bueno, París es un decorado perfecto y, como alguien ha dicho, dan ganas de salir corriendo hacia allí al salir de la sala. Se supone que para un escritor hay en ella  un plus, pero uno, que presuntamente lo es, no se lo ha visto. Demasiada literatura. De manual, digo. O de cartón piedra. Peor lo tuvo mi hijo. Se aburrió, claro.

2.6.11

Cernuda en el exilio

¿Estás con Cernuda?, preguntó mi amigo. Sí, contesté. Y él: ¡Qué aburrimiento! Y uno: ¿el libro de Taravillo? No, la vida de ese hombre. Los dos hemos estado estos días con el poeta sevillano. Gracias al segundo volumen de la impecable biografía de Luis Cernuda, Los años de exilio (1938-1963), firmada por Antonio Rivero Taravillo y publicada por Tusquets.
Hace años que mi amigo y yo diferimos en lo que a la poesía del autor de La realidad y el deseo se refiere. A uno se le ha venido cada vez más arriba y la relectura (con perdón) de los muchos poemas citados por ART en su obra ratifican ese aprecio, entre los más altos de esa particular biblioteca que uno ha ido decantando con los años.
Con todo, estoy con Octavio Paz, tan presente en este libro por ser uno de los pocos amigos verdaderos del poeta (y uno de sus mejores estudiosos), cuando afirma que la biografía de un poeta está en sus poemas. Sin echar por tierra el exhaustivo trabajo de Taravillo, tan necesario, acaso basten un puñado de poemas suyos para dar cuenta de quién fue; de ahí que la tajante afirmación de mi amigo, ironía mediante, encierre más verdad que boutade.
Leer las páginas de esta biografía no sólo ha supuesto reencontrarse con esos poemas inolvidables (para algunos) de uno de los pilares más sólidos de la poesía española del XX, sino también darse de bruces con las peripecias de un ser homosexual, solitario y triste, tres aspectos esenciales de su personalidad; un hombre metódico, pulcro, atildado, antipático, preocupado en exceso por el dinero (no sabemos si hasta el punto de que la preocupación por la pérdida de sus ahorros desencadenara, al menos en parte, el infarto que le llevó a la tumba, como llega a sugerir con cierta sorna Taravillo), un culo de mal asiento (con perdón) que pasó a lo largo de su largo exilio por Francia, Inglaterra, Estados Unidos y México sin estar a gusto en ningún sitio, seguramente porque, como en el poema de su admirado Cavafis, el problema no era otro que él mismo, quien quizá más daño le hizo, a pesar de echar la culpa de su permanente desasosiego a unos y a otros, excelentes poetas, y puede que hasta personas, la mayoría.
Para el lector, esa personalidad desemboca en dos actitudes: aversión o empatía. Porque uno admira sus poemas, sobre todo, y porque comprende muy bien no pocos aspectos de su forma de ser, mi opción es la segunda. Puede que también por piedad. No por lástima o compasión, si se me permite el matiz. Quizá, en el fondo, por lo que acertó a decir el cernudiano Brines, aquello de que "a debida distancia cualquier vida es de pena".
En la biografía de Taravillo se ve a las claras lo que al cabo de veras importa: que consagró su  existencia a la poesía y que todo lo demás estuvo en función de ella. No de todos los poetas, antiguos o modernos, se puede decir lo mismo. De ahí, tal vez, esa excesiva preocupación por la posteridad y su desmedido celo por todo lo que tuviera que ver con las interpretaciones críticas acerca de sus libros.
Sus odios (a JRJ, Salinas & Guillén, Gullón, etc.) y sus amores (literarios) surgen de ahí. Se relata una anécdota ilustrativa al respecto, casi de chiste, de cuando le quieren comprar una mesa de trabajo para su casa mexicana y escribe para rogar que no se adquiera porque es de caoba (una madera que detesta) y, lo que es peor, porque sabe que nunca podrá escribir sobre ella, lo único que le importa.
Sin vocación alguna por la docencia -ni de niños ni de adultos, ni universitaria ni colegial-, de su periplo académico se deduce que Cernuda fue un trabajador riguroso e incansable: traducción, ensayo, poesía, etc.
Aunque no se haya comentado aún, el centro de este libro está, como es obvio, en la guerra civil. La desgarrada y cainita España no deja de estar presente en los años de exilio y si en un principio Cernuda muestra su fe inquebrantable en la República y en quienes la apoyaron, los que perdieron la contienda, pronto se decanta, como tantos, a favor de esa tercera España que algunos, muchos años después, todavía esperamos ver, la que supere a una de esas dos que siguen helando a tantos españoles el corazón; una nación democrática al margen de políticos cerriles, corruptos y nefandos. En eso, y no sólo por su obra, Cernuda es un referente moral. Sigue siéndolo, quiero decir.
Acaso todo ese recorrido del exilio cernudiano se resuma en una imagen: la de un hombre herido por la melancolía que busca en vano la luz del Sur y el calor del sol.
Ha vuelto a sobrecogerme el relato de su muerte, esa resignación ante el destino (sus dos hermanas muertas por fulminantes e inesperados ataques de corazón) que tuvo algo, o eso parece, de elegante suicidio.
Hay mucho más en Los años de exilio. Antonio Rivero Taravillo, que ya ha viajado a México para presentar la obra, puede estar satisfecho de su trabajo. Vida y poesía son inseparables en el caso de Cernuda. De una y de otra contamos ya con ediciones dignas de un poeta mayor. "Pequeñas son las personas, grandes sus obras", escribe Milosz en su poema "Los conjuros de mi padre". Y no miente.

1.6.11

Local: Pizarro y Valcorchero

Mi pueblo tendrá nuevo alcalde el próximo día 11. Como aquí somos así, en plenas Ferias. De las medidas anunciadas por Fernando Pizarro para el inicio de su andadura, me quedo con la de paralizar la descatalogación de nuevas hectáreas en Valcorchero. Lo cuenta el Hoy y El Periódico Extremadura. Empezamos bien.