La editorial Universos edita este nuevo libro de José Luis García Martín en el que los viajes sirven de excusa para contar historias. Si no me equivoco -y uno ha leído casi todo lo que el ovetense de Aldeanueva ha publicado-, es la primera vez que la ficción, sin ambages, se abre paso en su obra. El protagonista del libro -mejor, los protagonistas; él siempre tan pessoano- recorre el mundo cual involuntario Casanova, alguien en apariencia completamente distinto del autor, en quiene sus amigos podemos reconocer muchas virtudes pero ninguna relacionada con el aventurismo amoroso. Con una prosa eficiente, carente de lujo y retórica, García Martín explora, con su particular punto de vista, las relaciones amorosas y los encuentros casuales, los alrededores del amor, situados siempre en lugares que conoce bien y donde, esta vez sí, él ha estado. Venecia (a la que dedicó su libro Arco del paraíso, donde la invención narrativa ya hizo acto de presencia), Roma, Nueva York, Lisboa, Oporto, Montevideo, Buenos Aires... También innumerables ciudades más pequeñas de Italia, Portugal o Grecia. El viajero pasó por Extremadura y en la tórrida Mérida se sitúa una de las historias más divertidas del libro, con nuestro amigo Daniel Casado como coprotagonista. No falta, en fin, ni el humor ni esa ironía -cuando no sarcasmo- tan propia del autor de Mudanza.
De la preciosa edición conviene resaltar su condición de ilustrada. Con fotografías que esta vez no firma Juan Ochoa, el álter ego fotógrafo de JLGM.
De la preciosa edición conviene resaltar su condición de ilustrada. Con fotografías que esta vez no firma Juan Ochoa, el álter ego fotógrafo de JLGM.