Porque dedico a navegar por internet el tiempo justo (no sé si el necesario), no me suelo salir de los sitios conocidos: periódicos, revistas literarias, blogs y poco más. Sin querer (o casi), uno se puede topar, eso sí, con alguna sorpresa; alusiones a uno, por ejemplo. A veces llenas de mala baba (las de un poetastro de Badajoz de cuyo nombre no merece la pena acordarse) y otras al revés. Como el masoquismo no es lo mío, aquí se habla bien. Más que por vanidad (que ya no gasto), lo traigo por aquello de contrastar puntos de vista. Gracias, Hilario.