28.10.24

García Fuentes lee "Meditaciones del lugar"

Diario HOY
 
Todo es igual, pero también distinto

Por Enrique García Fuentes
 
José Muñoz Millanes ha editado una antología de los versos de Álvaro Valverde absolutamente nueva y seductora.
 
No deja de ser un error de bulto dejar de lado, preterir o incluso obviar una antología pensando que, total, lo que haya allí recogido ya lo hemos leído –y hasta disfrutado– en más de una ocasión. No quiero caer en tal desatino otra vez (mis más sinceras disculpas, mi querido Zoki) con esta última que nos llega del indispensable Álvaro Valverde, máxime si, como se descubre en seguida, se trata de un trabajo concienzudo y serio que pone de relieve que, en realidad, cualquier antología (y nuestro poeta contaba ya con dos estupendas, más aquellas formadas por su participaciones en las diversas Aulas Literarias extremeñas y de otros lugares) es, en realidad, una nueva entrega que añadir al ya consolidado edifico poético de cualquier autor.
La obra de Valverde es incuestionable en el lugar de la poesía española contemporánea, pero esta elegante edición que realiza ahora José Muñoz Millanes (Navalmoral de la Mata, 1951), uno de nuestros más sólidos ensayistas e investigadores, supone una perspectiva, si complementaria, absolutamente nueva y seductora para acercarnos a ese 'monumentum aere perennius' que es, hoy por hoy, la poesía del creador de este 'lugar' al que nos acercamos, hoy de forma mucho más segura y confiada. Y es que 'Meditaciones del lugar', por encima de todo, propone y permite una relectura más regocijante si cabe de poemas que ya debíamos conocer todos, que ahora, uncidos sabiamente en esta nueva amalgama, brillan tanto aisladamente como en conjunto y completan en esta nueva disposición la genuina validez de la que vienen haciendo gala desde el momento de sus respectivas composiciones. Ahora, recolocados en esta atrayente sugerencia de lectura, se dotan de una entidad todavía más coherente que cohesiona sin duda mejor el ya de por sí modelado conjunto de la aventura poética del autor placentino.
La propuesta del antólogo no puede ser más ilusionante y tiene la virtud de no secuestrar los versos de Valverde para que 'quepan' en su proposición, antes al contrario; es una conclusión a la que se antoja fácil llegar si se ha leído con el esmero y la dedicación que Muñoz Millanes ha desplegado en su cometido. Él mismo la aclara en el prólogo, breve pero enjundioso, y desacredita a los que (yo en un principio) no encontraban acertado el título escogido para esta antología. El acierto fundamental de Muñoz Millanes radica en afrontar y ofrecer una muestra más que satisfactoria de una preocupación que ya el propio poeta había confesado en un artículo publicado hace diez años en la revista Quimera, y que, casi de manera previsora, tituló 'En torno a la noción de lugar'. Allí confesaba sin ambages: «La particular búsqueda y visión del lugar se ha venido convirtiendo en razón de ser y justificación final de casi toda la poesía que he escrito. Un lugar, anticipo, que es todos los lugares, porque con todos contrasta. Un lugar que desde lo concreto y local de su ámbito intenta alcanzar lo universal que le es propio. Un lugar, en fin, que, convertido en territorio [recuérdese, puntualizo yo, aquel famoso verso suyo], llegue a ser habitable» y terminaba enfatizando: «Creo que es en mis poemas donde con más concisión y voluntad expresiva se encuentra cualquier atisbo de una modesta teoría al respecto». Y esto viene a demostrarse de manera palmaria en la edición que nos ocupa. Arranca Muñoz de la idea ya conocida de que entendemos por 'lugar' una índole concreta, espacial y física que suscita luego una reflexión encaminada a dar sentido a la experiencia. Y como afirma en su atinado y providencial prólogo «la meditación arranca del presentimiento de algo intangible, de algo que está más allá del reducido espacio del lugar que, con su especial configuración, lo inspira». Esos lugares reconocibles tal vez, urbanos a veces (la mayor parte en ciudades alejadas de su natural entorno a las que ha llegado respondiendo a su inherente instinto viajero) pero también ubicados en los alrededores de su Plasencia, suscitan (o resucitan), desde su fisicidad, otra mirada, esta vez al interior del sujeto lírico; pero ojo, como advierte el prologuista, «Álvaro Valverde privilegia el lugar en sí, el entorno, en detrimento de la meditación que su composición inspira; presta más atención al lugar físico que a su interpretación». En su poesía, en definitiva, el impacto material del lugar predomina sobre la evocación o la reflexión que genera; la voz se solaza en ese 'locus amoenus' que, luego, sí, dará pie a la perfección del poema que de él emana.
Como quizá es el propio poeta quien mejor conoce dónde está la fuente que mana y corre, ya el propio Valverde se encarga de ubicar sus versos en «un espacio único o ideal, que puede ser jardín o desierto, valle o ciudad, concreto o abstracto, real o imaginario, donde el poeta y, por ende, el hombre, pueda ser feliz (…). Un espacio habitable donde encontrarse a sí mismo». Luego ese lugar transciende, pues «la poesía centrada en un determinado lugar es más universal que aquella otra pretendida, o pretenciosamente, cosmopolita» y hasta termina por convertirse en fin último de la dedicación, El propio poeta lo señaló: «Descubrir un lugar, trazar el mapa del territorio a explorar para, más tarde, una vez colonizado, habitarlo se me antoja una definición posible de la poesía». Y esta magnífica edición no hace sino corroborarlo e iluminar más unos versos, íntimos, propios, que nos llegan ahora con una remozada plenitud.
 
Meditaciones del Lugar. Antología poética (1989-2018)
Álvaro Valverde
Edición de José Muñoz Millanes



Pre-textos. Valencia (2024)
154 páginas.
20 euros.

NOTA: Esta reseña se ha publicado el pasado 25 de octubre en el suplemento TRAZOS del diario HOY.