Los amigos de mis amigos son mis amigos,
suele decirse. Y hasta cantarse. Pero no. No siempre, quiero decir,
aunque ocurra con cierta frecuencia. El de la amistad es uno de los
grandes misterios de la vida. Por eso somos amigos de gente que, a su
vez, es amiga de otros a los que ni por enemigos querríamos. Y ahí
seguimos. Con el abrazo a cuestas, a pesar de todo. Sí, tal vez la
amistad sea eso. ¿O no? Un enigma, ya digo.
Malaventurados
Malaventurados
Malaventurados los anónimos porque en su intención rara vez hay otra cosa que bilis, envidia, cobardía y maldad.