Comenta Salvador Vaquero a José María Cumbreño en El Periódico: "Alguna vez has denunciado una "corrupción poética" en España..." A lo que éste responde: "Pero no soy el único, ni mucho menos, que lo cree. En cuanto se ahonda un poco en el mundo de la edición y los premios literarios, resulta fácil descubrir un evidente flujo y reflujo de favores: un premio casi cantado, una reseña en tal suplemento, la publicación en tal colección... Lo suficiente como para que unos cuantos consigan vivir del cuento y viajar por medio mundo (con todos los gastos pagados) de festival en festival".
"En otra parte he leído unas declaraciones tuyas en las que afirmabas que en la poesía española hay más ruido que nueces... ¿Hay mucho vendedor de humo?", pregunta Vaquero. "Demasiados -contesta el poeta cacereño-. Y lo malo es que encima logran vivir de la venta de ese humo".
"¿Qué aporta la poesía latinoamericana a la creación peninsular?", inquiere Vaquero, y Cumbreño responde: "Menos de lo que debería. Compartimos una lengua y a veces se diría que habitamos planetas distintos. Confío en que, poco a poco, la comunicación entre los poetas de todos los países hispanohablantes vaya volviéndose mucho más fluida y que podamos conocer a los espléndidos autores que ahora mismo escriben en Latinoamérica".