El Roto/El País |
Borja Hermoso le pregunta a Fernando Savater: ¿Hablaría usted de separatismos justificados y nacionalismos pijos? A lo que el pensador vasco responde: "Eso me parece. La diferencia, por ejemplo, entre el separatismo vasco y el catalán es que el catalán es profundamente esnob. Los vascos podemos ser más bien brutos, pero no somos esnobs. El esnobismo es un signo de la cultura catalana, aunque no sea nacionalista".
Es un poco fuerte eso que dice…, comenta Hermoso, y el autor de Contra el separatismo contesta: "No. Nadie se hubiera creído todas estas trolas que han contado si antes no hubiera habido como una mentalidad de creerse tan estupendos, tan únicos y tan por encima de todo. Eso, y que ahora mismo, en Cataluña, ser nacionalista o fingir serlo no tiene más que ventajas, y claro, la gente se apunta a eso, no es una cuestión de sentimientos. Y luego está eso de la singularidad catalana. ¿Pero qué es eso? Oiga, los singulares son los individuos, no los territorios. Cataluña es tan singular como Murcia. Una butifarra también es muy singular y yo cuando voy a Cataluña me la pido. Pero no tiene derechos políticos".
Antes, haciendo autocrítica, dijo: "Que el nacionalismo es un mal es evidente, solo hay que recordar que en el siglo XX provocó dos guerras mundiales. Lo que pasa es que yo no quiero darle reclutas involuntarios al separatismo llamando obligatoriamente “separatistas” a todos los nacionalistas. Todos llevamos un brote nacionalista dentro, todos nos reconocemos en esos mecanismos de identificación con lo propio, lo cual se hace inaguantable cuando se convierte en algo declamatorio. El separatismo es la inflamación y utilización maliciosa de esos sentimientos hasta convertirlos en un arma contra la democracia". El País.