26.11.17

Vila-Matas dixit

"Mi teoría es que las mejores amistades, las más duraderas, se basan en la admiración, en algo tan arriesgado como tener en alta estima al otro. Porque ¿cómo se puede tener por amiga o amigo a alguien a quien no admiras? Creo que ese tipo de admiración, que en realidad es respeto profundo, lo ennoblece al amigo, lo realza ante tus ojos, lo eleva a una posición maravillosamente superior a la tuya, lo que, dicho sea de paso, propicia, como ha ocurrido hace un momento, que uno sienta que recobra la antigua sensación de que dialogar es como leer: pensamos que no volverá a ser posible y de pronto quedamos de nuevo sorprendidos al ver que podemos acceder a la experiencia del mundo a través de una conciencia que no es la nuestra. Lo extraño es que esto, que es impresionante y hasta tiene un punto de milagro, ya prácticamente toda la humanidad lo ignora, empezando por los que hacen campañas para que se lea", le ha dicho Enrique Vila-Matas a Fernando Aramburu en medio de una conversación que publicó El Cultural. 
Por otra parte, en un artículo de El País, "Modo avión", el autor de Bartleby y compañía escribe: "A los que les gustaría hundir ya del todo a la literatura habría que recordarles, por ejemplo, que la obra de Beckett, con su indagación infatigable sobre la miseria humana, vino a demostrar después de Auschwitz que la literatura, más allá de cualquier delirio de poder, seguía teniendo vida y recorrido propio. No hace mucho, Antoine Compagnon se preguntaba si podía existir homenaje más alto a la literatura que el de Primo Levi, en Si esto es un hombre, contando la Divina Comedia a su compañero de Auschwitz: “Para vida animal no habéis nacido / sino para adquirir virtud y ciencia”.
Y: "La literatura, pienso, sirve para matar el tiempo y en esto no puede haber nada malo. Pero es que, además, permite expresar el “malestar de la cultura” a la vez que nos dota de una visión que trasciende las limitaciones de la vida cotidiana. La literatura sirve para exponer la corrupción del lenguaje que propicia el poder. Y, por si fuera poco, nos hace sensibles al hecho de que los otros son muy diversos. La literatura es veneno para los xenófobos". Sin duda.