5.2.25

Poemas sin trucos ni trancas

Morábito (Alejandría, 1955), aprendió español en México y en él ha escrito seis libros de poesía: Lotes baldíos, De lunes todo el año, Alguien de lava, Delante de un prado una vaca, A cada cual su cielo y el que comentamos, que rompe su regla de publicar uno por década.
En el cuarto poema explica el título. Lee los créditos finales de una película. “¡Cuántos nombres!”, tantos que no basta una canción. “Y entonces entras tú al relevo, / canción segunda”. Acaso “los relevos, los segundos esfuerzos y en general los reencuentros con lo ya vivido” son “los verdaderos momentos álgidos” de la vida. 
59 poemas sin título acotados en seis partes dan fe del enigma. Fiel a su lema “Hay que descansar de escribir poesía, porque la poesía es un lenguaje sumamente artificial”, narratividad y naturalidad suman fuerzas para recordar situaciones cotidianas a cada cual más sugestiva. El humor añade su valor al tono. El de la verdadera poesía. La de los besos fallidos; la hormiga espía; las fluviales islas efímeras, como Belvedere; los sueños recurrentes; el que subraya: “de cada página leída te despides”; el plancton de los libros; el desprecio por títulos, epígrafes y dedicatorias: “hay una poesía que se pierde / antes de empezar”; “Ir por el surco libre de la prosa”; las segundas piedras de muros, puentes y casas (las primeras, para las pirámides); los extras de los filmes; lo incomprensible del Espíritu Santo; de lo que hablaron Caín y Abel antes del crimen; la mentira de Troya y el remero de Ulises; Ícaro, aviones y aeropuertos: “Sostenerse en el aire no es volar”; la nadadora de aguas saladas; el cubismo; un calcetín solitario; el epitafio, ese “horóscopo invertido / que predice lo vivido y no el futuro”; un país sin ruido… Créanme, pura delicia.

Canción segunda
Fabio Morabito
Visor Libros, Madrid, 2024. 118 páginas. 

NOTA: Esta reseña se ha publicado en EL CULTURAL.