11.8.21

Lecturas bajo el terral


Víctor M. Pérez Benítez (Motril, 1960), autor de los libros Diverso y La mirada que respira, editor del blog Siroco, me envía este breve artículo que, con gusto, doy a conocer aquí. En la mejor compañía. Gracias. 


Quitarme el reloj y abandonar el móvil 

            Los pequeños gestos cotidianos son, a veces, las más importantes gestas que te ayudan a alcanzar la ansiada libertad. Ahora que el terral de Málaga cae de manera inmisericorde, al llegar a casa me quito el reloj de pulsera y me parece quitarme una losa de encima. Pero, ese pequeño gesto que siempre, para mí, ha sido tan liberador, se ve superado cuando abandono voluntariamente el teléfono móvil. Ir por la vida sin reloj y sin teléfono móvil es como ir desnudo, maravillosamente desnudo cuando consigues darte cuenta de que no los necesitas.
 
            
Termino de leer La rama verde de Eloy Sánchez Rosillo y me siento realmente pleno. La poética de memoria y mirada del murciano se esconde en esa rama verde que es la infancia, la rama que nunca se secará. La mirada de Sánchez Rosillo es transparente y luminosa; en ella la luz es la palabra más abundante, se debe de leer en silencio y sorber las palabras con lentitud, deleitándose de la sencillez y el poder contemplativo del poeta. Con el sosiego que nos aconseja buscar, desde la soledad viva, su poesía está llena del gozo de lo cotidiano:
 
En el hondo silencio de cada cosa y tuyo/y en esta soledad tan viva y plena. / Podrás oír acaso la música del mundo. / Aguza bien tu oído. Y sueña.
 
En una entrevista que Fernando Val le hace a otro de mis poetas preferidos, Álvaro Valverde, este afirma que la modernidad del poema la da el lenguaje, no el decorado. Estos poetas, ya sea Sánchez Rosillo en Murcia o Plasencia en el caso de Valverde, cultivan la poesía de la naturaleza, no la urbana, sin embargo su poesía es tan moderna como imperecedera, en ambos casos impera la cortedad del decir, así como la claridad. Dice Álvaro Valverde: pretendo ser un poeta racional y lúcido, para el que la claridad sea un principio básico.
 
Lo que separa al poeta del resto de los mortales es su mirada, su manera distinta y honda de mirar, capaz de encontrar en el más mínimo detalle, motivo de conocimiento poético. Aunque como dice Rafael Morales, el poema no es lo contemplado sino el lenguaje transformador. “Eloy Sánchez Rosillo escribió un poema en La rama verde a partir de unas hormigas ─nos dice Álvaro Valverde─ el mirar atento sería lo contemplativo, con un plus de reflexión y estado mental. Si no hay sentimiento, por leve que sea, lo frío se impone y el poema no mueve al lector ─concluye.”
 
La palabra que más aparece en la poética de Álvaro Valverde es sombra y en la de Eloy Sánchez Rosillo, luz.
 
Tanto las sombras como las luces de ambos poetas son realmente maravillosas.
 
Como el despojarse del reloj y del teléfono móvil, leer con sosiego los poemas de Sánchez Rosillo y Valverde, es un ejemplo de sencilla liberación.