2.7.14

El tono Júdice

Hace un mes traíamos a este rincón una admirable antología del poeta Nuno Júdice (Mexilhoeria Grande, 1949) en la que ya encontrábamos algunos poemas del libro que comentamos hoy, el último de los publicados por el portugués: Navegación sin rumbo (Navegação de acaso). 
En esta ocasión el traductor es el poeta, residente en Lisboa, Luis María Marina y ve la luz en la Editora Regional de Extremadura, dentro de la línea Letras Portuguesas (que vuelve de nuevo a la vida) y en la renovada colección de Poesía
"Palabras húmedas como labios" es el título del prefacio que Marina le dedica y, en su tono habitual (muy lírico y apasionado), el joven diplomático explica algunas características de la obra al tiempo que se confiesa consciente de unirse a una nómina de eminentes traductores que han vertido al español la poesía de uno de nuestros mejores poetas vivos, según creo. 
Antonio Sáez, lo recuerda Marina, se refirió en un memorable artículo de El País al "tono Júdice": "el inconfundible "tono Júdice", el del poeta sabio que desgrana con facilidad sorprendente los misterios de la existencia y de las palabras con la misma serenidad y armonía con que observa el cielo de su ciudad o imagina la vida de las gentes que caminan por sus calles." No se puede decir mejor. A ese tono, sí, se ajusta lo que leemos en este libro. Un nutrido conjunto de poemas ni extensos ni breves, de verso largo y maneras discursivas (o de la meditación), en los que Júdice sigue dando cuenta con maestría de sus pensamientos y sentimientos. Así en "Infancia", "La tierra prometida", "Una teoría de la realidad", "Estética de la monotonía", "Preparativos de viaje", "Geografía urbana", "Cuestiones ontológicas", "Devoción", "Trabajo doméstico", "Restos", "Fecundación" o "Reflexiones sobre un árbol que se secó", un auténtico paradigma de su forma de concebir el poema.  Esos u otros (que también ha subrayado uno), pues, ya digo, el libro es, en su unidad, magistral.
Por fin, ay, una obra digna del antiguo catálogo que la acoge. Ojalá esté en su librería habitual.