22.4.15

Wordsworth

La editorial sevillana La Isla de Siltolá publica en la colección Arrecifes el libro Poemas escogidos, de William Wordsworth, con selección y traducción de José Manuel Mora Fandos. Para uno, y estoy seguro de que para muchos lectores de poesía, es siempre un acontecimiento que vuelvan a nuestra lengua, una y otra vez, los versos del poeta inglés, padre del Romanticismo, poeta lakista -como su amigo Coleridge-, paseante y defensor de la vida en el campo, el que dijo que la poesía es "la emoción rememorada en la tranquilidad", uno de los fundadores de la modernidad, digamos, poética; por su reivindicación de lo cotidiano, su defensa de la libertad, el uso de frases conversacionales (que es también un tono), su intención de aportar "un nuevo lenguaje" y algunas razones más, como explica en su sucinto prólogo el traductor, quien, por cierto, aspira a "presentar poemas en castellano", desde el convencimiento, siguiendo a Peter Newmark, de que "toda traducción no es más que una propuesta particular de lectura ―y traducir un modo de leer particular". Creo que lo consigue.
Ha escogido poemas significativos. Así, entre los que prefiero, "Amonestación y réplica", "Vagaba solitario como nube", "Un último pensamiento (El río Duddon)", el extraordinario "Versos escritos a unas pocas millas más arriba de la Abadía de Tintern...", la famosa "Oda" o un par de espléndidos fragmento de su obra magna, El preludio
Ya se dijo: es una buena noticia que Wordsworth (el mismo que escribió "El Niño es el padre del Hombre") regrese con su poesía serena y meditativa que escucha en la naturaleza "la música apacible y triste de lo humano".