18.12.17

Entre manos

Mosaico de M. Á. Lama
Acabo de enviar a la revista Clarín las reseñas de dos libros la mar de interesantes. Hablo de Viaje por Europa. Correspondencia (1925-1930), del autor de El gatopardo, Giuseppe Tomasi de Lampedusa (Acantilado), y de Antología poética, de la poeta mexicana Rosario Castellanos (Visor). Dos escritores por los que siento debilidad. En El Cultural esperan otras, como la de otro tocho memorable, semejante a los que citaba en mi reciente reseña de Lowell. Me refiero al primer volumen de las Poesías Completas de T. S. Eliot (Visor) en traducción de José Luis Rey. No saldrán tan rápido como si las publicara aquí, pero tendrán más difusión. Ya que menciono al Príncipe de Lampedusa, encima de la mesa casera de novedades aguardan su turno las Historias sicilianas, de Giovanni Verga, que publica con primor La Línea del Horizonte. Y las prosas de Cavafis, en edición de Pedro Bádenas de la Peña (Almuzara); la primera novela (larga) de Álex Chico, Un final para Benjamin Walter (Candaya) y, también en torno al pensador alemán, Experiencia y pobreza, el libro de Vicente Valero sobre su estancia en Ibiza que reedita Periférica; Zambullidas, minificciones de Yolanda Izard (Renacimiento); el Epistolario de Gerardo Diego y Juan Larrea (Residencia de Estudiantes-Fundación G. D.); y Álbum de sombras, de Elías Moro (Eolas), un paseo por la memoria de este corredor de fondo.
Y más lírica: la estupenda antología La poesía del siglo XX en Italia, en edición de Emilio Coco (Visor); Otra vida, de Derek Walcott (Galaxia Gutenberg), en traducción de Luis Ingelmo; el último libro de Luis García Montero, A puerta cerrada (Palabra de Honor); El cuaderno de la guerra (y algunas notas sobre la paz), de Juan Ignacio González (en BajAmar Ed.); la antología de Sara Teasdale (Ravenswood Books Editorial) que ha preparado Hilario Barrero (de la que presentó un adelanto en Clarín); Del fruto que arde, del resistente Luis Llorente (La Garúa); Dibujar una isla, de Verónica Aranda (Los Versos de Cordelia), premio Ciudad de Salamanca; Nadie y la luz, de Màrius Sampere (un libro escrito en castellano por uno de los mejores poetas contemporáneos en lengua catalana), y El emperador de los relojes de agua, del norteamericano Yusef Komunyakaa, ambos en Pre-Textos. Como la Obras Completas de Manuel Padorno de las que ve la luz ahora el segundo tomo. La edición (que se acerca a las dos mil páginas) es de Alejandro González Segura y las palabras preliminares de Jaime Siles y Miguel Casado, respectivamente.
No faltan en esa atiborrada mesa los sutiles aforismos de la filóloga y traductora Victoria León, agrupados en Insomnios (La Isla de Siltolá), su primer libro. Receloso ante el género, que es moda, de esta obra sólo puedo decir bondades. Me está gustando mucho. Hablaremos. También de la editorial sevillana, Juan Lamillar publica Un lugar en el que llueve, ensayos sobre poesía española contemporánea.
Y no faltan revistas, como el número 5 de ventiúnversos (con poemas, entre otros, de José Albí, Antonio Gamoneda, Jordi Doce o Arturo Tendero, que recuerda en "Lectura" a César Simón) y el 12 de anáfora (donde publican versos, entre otros, los extremeños Irene Sánchez Carrón y Antonio Rivero Machina, y donde la citada V. L. traduce poemas de John McCrae junto a Luis Alberto de Cuenca, una feliz colaboración a la que ya estamos acostumbrados). 
Hay más, pero por hoy basta. Serán unas vacaciones lectoras en las que algo habrá que escribir, por ejemplo la reseña de La princesa y la muerte, de Gonzalo Hidalgo Bayal (Tusquets), por encargo de Turia