26.3.15

TTL

El Taller de Traducción Literaria de la Universidad de La Laguna cumple 20 años. Con ese motivo lanza su Boletín número 15. El TTL es un seminario permanente dedicado a la práctica de la traducción literaria y a los estudios de traductología y fue fundado por el poeta y profesor Andrés Sánchez Robayna. Sabemos que mediante diversos métodos —la traducción colectiva, la traducción revisada, la traducción contrastiva, etcétera—, vierte al español a escritores de muy diversas lenguas. Su marca es el rigor.
En la portada, el propio Robayna publica un interesante, lúcido artículo titulado "La traducción como ética" donde alude, entre otras cosas, al decisivo papel de la traducción en la degradada sociedad contemporánea, en especial a la hora de trasladar la "literatura difícil" (Bonnefoy dixit); un paso crucial para que los textos, "difíciles, fuertes, complejos no queden aislados en sus lenguas respectivas". También porque, siguiendo a Pound, "Una gran época literaria es tal vez siempre una gran época de traducciones". Contra la boutade de Larkin, quien afirmó no haber leído una sola línea de poesía extranjera. Es, ante todo, un taller de "lectura, en el sentido rabínico de esa palabra". En suma, defienden la traducción como ética.
El número, además de recoger las distintas ediciones realizadas -por ellos o en coedición- y los proyectos pendientes, publica poemas traducidos de Kajetan Kovič, Drummond de Andrade, Rose Ausländer (tres preciosos poemas, por cierto, como "Infinitamente": Olvida / tus límites. // Emigra. // La tierra de nadie / infinitamente / te acoge), Cocteau, Palazzeschi, Donne (una nueva versión de "El testamento", uno de los grandes poemas de la humanidad) y de algunos metafísicos ingleses como Carew y Herbert.  En versión, entre otros, de José Juan Batista, José M. Oliver, Díaz Armas, Annarita Sorrentino, Fernández de Sevilla o el propio Robayna. También hay muestras de traducción colectiva.
Porque creemos en la absoluta necesidad de la traducción (un género en sí mismo), en especial para quienes no conocemos bien otras lenguas y, sin embargo, queremos leer la mejor poesía del mundo, celebramos la ya larga vida del TTL y todos y cada uno de sus logros. Son muchos. Que vengan más.