9.11.16

Claudicaciones

De dos libros del estudiante, poeta y antólogo Miguel Floriano (Oviedo, 1992), Tratado de identidad y Quizá el fervor, ya hablamos en su día aquí. Además, es autor de Diablos y virtudes y de Claudicaciones, que publica Renacimiento, así como de un par de plaquettes, una de ellas incluida en el libro que acabo de mencionar. Sí, este activo y apasionado estudiante de Filología en la universidad de su ciudad natal está incluido en varias antologías de poesía joven y es coautor, junto a Antonio Rivero Machina, de otra: Nacer en otro tiempo.
El que hoy nos ocupa es, parece una obviedad, su libro más maduro. No siempre ocurre, bien lo saben. Un libro ensimismado que gira en torno a lo amoroso (como desamor: una historia de amor fallida), y a él mismo, en tanto que sujeto desconcertado por los avatares de la vida. Alguien que intenta explicar lo que sucede desde la perplejidad y el desconocimiento. Con ingenuidad, a veces. De ahí que se sucedan las preguntas y que sean escasas las respuestas. "Aunque camino todavía sin respuestas", dice, y "no converjo en mi secreto". 
El poema, sí, como "vestigio vivo", como alumbramiento. De lo que les sucede, para empezar, a un hombre y a una mujer. 
Poesía del yo. Léase "XVI. (Meditación en Salave)", "la que considero mi mejor pieza hasta la fecha". "En demasiadas ocasiones / me busco y solo hallo / esta fatiga de encontrarme", leemos. Del yo y del tú y del nosotros, cabe precisar, pues que a todas esas voces se dirigen estos versos, siendo el tú un trasunto de sí mismo y el nosotros el pronombre que agrupa a su amada y a él. 
Poesía literaria de la memoria y del recuerdo, pero que también se anticipa, en sentido profético a los acontecimientos, según su autor.
Poesía del conocimiento; el que busca quien intenta sobrevivir al inesperado naufragio. 
La desesperación acude en forma de suicida ("Es la hora viva de la muerte") y con Dante, la sonrisa. Y las palabras en una variación sobre un tema de Carnero, suerte de reflexión metapoética que brilla en estos versos: "y la conciencia de que escribo estas palabras / en las que habré de recordarme un día / para dejar de ser".
Poemas, en fin, escritos con fluidez (se nos explica que el grueso del volumen está escrito entre enero y abril de este año), ritmo y clasicidad. Ajenos a otro experimento que no sea el de la poesía de siempre. En busca de consuelo más que de otro efecto o sucedáneo.
La "Nota del autor" termina: "De todos modos es posible, y quisiera que lo supiese ya el lector, que este Claudicaciones clausure una etapa tormentosa y febril de juventud, dejando paso a un quehacer escritural más pausado y desearía más trascendente. Pero quién soy yo para aventurarme a asegurarlo. Nadie". Pues no digamos quien escribe esto. Continuará.