"La dramática tierra de nadie que es la frontera, la alardeada ausencia de patria, son una patria muy cómoda para el escritor que en todas partes se presenta como extranjero y distinto, lo que le permite una integración más segura y aparentemente más noble". (Angelo Ara y Caudio Magris, Trieste, una identidad de frontera. Pre-Textos. Cosmópolis. Valencia, 2007. p. 297).