11.11.10

Amigos

Ayer por la tarde había quedado con Salvador Retana en la cafetería del hotel Alfonso VIII. Acudí a la cita, puntual como siempre, con la ilusión propia de alguien que va a ver a un amigo con el que hace tiempo que no se encuentra y al que echa, por eso, de menos. Uno de los pocos amigos "de verdad", por cierto, que me precio de tener y a los que hacía alusión hace poco en la entrevista de Álex Chico que publicó la revista Kafka. Nosotros, los solitarios.
Esta mañana, en el recreo (que no están las cosas para tonterías en los colegios), revisé mi buzón de correo y me encontré con un mensaje de Elías Moro que remitía a un enlace de su blog que intenté en vano abrir porque el servidor me denegaba el acceso. No sé qué verá de malo en una dirección url donde aparecen palabras tan sospechosas como juego y taba. Será, quizás, por la primera. Ahora, ya en casa, he podido leer su generoso comentario sobre mí y se lo agradezco de corazón, por supuesto. Que somos amigos es cosa que se aprecia a la legua y no voy a hacer nada por desmentirlo. No podrá uno presumir de enemigos, pero sí de amigos. Pocos, pero de una categoría excepcional. A los hechos me remito. Muito obrigado. A él y a quienes se suman al innecesario homenaje. ¿Me verán mala cara?