23.11.10

La crisis... cultural

Lleva uno tiempo diciendo -o repitiendo- que la crisis les está sirviendo a algunos responsables culturales de coartada perfecta para dejar de hacer cosas. Cosas, cabe añadir, que en poco o nada afectan a los presupuestos que de verdad importan, pero que, a pesar de todo, con esa asequible excusa, dejan, como digo, de llevarse a efecto. En todos los ámbitos. En el nacional, pero también en el autonómico, el provincial y el local. En lo privado y en lo público. En Extremadura, a falta de lo primero (o casi), se nota mucho más en lo segundo. Puedo poner dos ejemplos recientes. De uno y otro sector. Caja de Extremadura, muchos años después, ha decidido suprimir el Aula de Cine de Plasencia (no sé si también la de Cáceres). Ni bienal (como el Salón de Otoño) ni nada. El coste era mínimo (hasta para una Caja pequeña en tiempos de crisis) y su audiencia digna y constante, pero... Al parecer, también ha estado en peligro la ayuda que asigna al Aula de Literatura "José Antonio Gabriel y Galán" que, por ahora, se salva del recorte. Del otro lado, está previsto que la Editora Regional reduzca hasta un 60% su ya de por sí menguado presupuesto. Se dice pronto. Nuestras autoridades, nada ilustradas y librescas, consideran a los libros como un lujo y, en consecuencia, cuantos menos se publiquen mejor. Supongo que habrán tenido en cuenta que es la editorial más potente de la región y que da trabajo regular a no pocas imprentas. También que la Editora es uno de los pocos referentes de calidad fuera de Extremadura y que venía realizando su tarea de proyección con reconocida solvencia. Eso por no hablar de los escritores que gracias a ella ven publicados sus libros (sobre todo noveles y jóvenes) y de los libros de investigación histórica o artística que sin ella no verían la luz. Sí, claro, lo habrán tenido en cuenta -para eso tienen jefes de gabinete, secretarios y directores generales, asesores, etc.-, de ahí lo gratuito de la rebaja. Nadie, es verdad, se rasga las vestiduras por decisiones así. Al fin y al cabo, estamos en crisis. Y esto es del resto: la literatura.