25.10.11

Pero qué dicen

Una vez más -y van...- pretenden tomarnos por tontos. Pertinaz empeño, sí. Que los premios "Ciudad de Badajoz" naufragaron hace años en el mar de la mediocridad galardonística española, tan inútil como castiza, lo sabe cualquier persona medianamente informada que, de paso, lea; esto es, casi ninguna de las cuatrocientas que se reunieron la otra noche en la gala del Zurbarán y, menos aún, los responsables culturales, municipales y regionales, que patrocinan el evento (cómo llamarlo de otra manera). Falta lo que importa: buenos libros y jurados perspicaces, en ese orden. Y sobra el derroche: ¿por qué no recortan en esto? Total... No me extraña que los del "Felipe Trigo", dejados ahora de la mano que mece las subvenciones, estén mosqueados.
Vayamos a lo de esta edición: en poesía, ha ganado un cazapremios. Y de los más reconocidos de España. Basta ver su breve historial. Tanto en 2005 como en 2007 publicó ¡cinco libros! ¡En un año! Un joven valor, por cierto, nacido... en 1942. Ah, en 2006 le premiamos en Almendralejo por su libro Café Zimmermann. No somos infalibles, ay, y este hombre, es todo un profesional. Enhorabuena.
Más joven es el novelista agraciado, que debe haberse tomado al pie de la letra lo de la carrera literaria, pues de seguir así quedará atrás al poeta pronto. ¡Qué ímpetu! Eso sí, ir del "Azorín" (que ganó hace unos años) a esto me da que no es ir por el buen camino.
Lo mejor de la noche fueron las palabras del presidente de la Junta acerca de nuestro "corredor cultural" (sic), que reconoció no saber lo que era, y la rotunda afirmación de que no puede ponerse lo periodístico a la altura de lo literario. Le harán caso, faltaría más, y el premio de Periodismo pasará a otra categoría. Menor, claro. De órdago, querido Larra.