24.4.15

Una carta a Basilio Sánchez

Acaba de aparecer en Pre-Textos La creación del sentido, un libro precioso e inclasificable (de "narración miscelánea y fragmentaria" lo califica la nota editorial) donde Basilio Sánchez reúne prosas diarísticas, reflexivas y de la memoria, tanto inéditas (las más) como publicadas (las que agrupó en El cuenco de la mano, por ejemplo), en las que se entrelaza lo más personal -de ahí su tono autobiográfico- con aquello que tiene que ver con el oficio de poeta -treinta años ya en la tarea y una decena de libros a la espalda-. Como bien dice Sánchez, declarado admirador de Zagajewski, estos fragmentos trazarían un "recorrido, común a la mayoría de los escritores, que conduce a la búsqueda del sentido e indaga en el origen del fervor". Uno, desde luego, se identifica en gran medida con esta profunda pesquisa llevada a cabo con una asombrosa naturalidad por el poeta cacereño. En "Unas palabras previas" explica a la perfección sus intenciones. 
Como se recoge en las "Notas", uno tuvo ocasión de leer este libro cuando sólo era un mecanoscrito. Por eso, en lugar de redactar una reseña, prefiero reproducir aquí la carta que le envié a su autor sobre el original remitido. Tal cual. Su fecha: 27 de marzo de 2014. Hace poco más de un año. 
Me habría gustado poder añadir la que el editor, Manuel Borrás, le envió tras su primera lectura. Tengo la suerte de conocerla y me parece, por su ejemplaridad, digna de elogio. Otro tanto cabría decir, a buen seguro, de la que recibió del tercer lector al que menciona, Miguel Ángel Lama.

Querido amigo, he estado a lo largo de la tarde, entre toses y otras molestias, leyendo tu original de La creación del sentido. Algo me ha aliviado del trancazo que arrastro desde hace días. 
Es un libro precioso, sin duda. En el más hondo sentido. He disfrutado y aprendido sobremanera con sus/tus textos. Los conocidos, que me han parecido nuevos y otros (la relectura es así), y los demás, luminosos, ya decía, y que te retratan de una manera intensa al tiempo que transparente.
Nada me disuena. Habría, en el caso de eliminar algunos textos, una unidad que, sin embargo, no creo necesaria. O que hay, pero de forma distinta. Menos uniforme, sí, pero acaso más rica. Me refiero a lo memorialístico, tal vez lo mejor del conjunto. Es una autobiografía escrita de un modo poético que, contra lo que piensas, es prosa. No me he encontrado con los ramalazos líricos de los poetas metidos a prosistas. No. Al revés, tienes una prosa también preciosa. Y precisa. 
He subrayado, anotado alguna cosa, rodeado otras: nombres, lugares... 
Me han gustado mucho las dos entregas de "Semillas para pájaros". Ves, hay memoria, reflexiones (¿metapoesía?) y, entre otras cosas, algo de ese diario que dices no haber escrito. 
Sensibilidad a raudales y sentimiento. También inteligencia, Basilio. Mucha, la que tienes. Tan natural y antirretórica como todo lo tuyo. 
Has construido un refugio perfecto donde, uno al menos, encuentra casi todo lo que necesita: familia (supongo que tu padre y tu madre ya conocen esos textos), amor (Maribel), autores dilectos (de Lanza del Vasto a Rilke, de Machado a Torga), paisajes... Qué bonito tu texto sobre Figueira. Ay, lo portugués. Un tono. 
Y ya que lo menciono, eso es lo que tiene este libro: un tono, el tuyo, que está en todo lo escrito. Tu voz. Con esa unidad le basta.
¿Erratas? Te anoto una: es Monsanto (allí estuve el pasado domingo) y no Montsanto (pg. 140) y dos posibles enmiendas: creo que sobra el "reciente" que hay antes de citar a DeLillo (pg. 134). Cuando se publique el libro, ya no lo será. O ya no lo es, ¿no? Tampoco me suena muy allá (pag. 140 también) lo de "unos libros en checo de poesía". Quizá "unos libros de poesía checa". No sé. Es por ponerte alguna pega, joder, que me has dejado de aquella manera, ja, ja, lleno de envidia. 
Bien las citas, dosificadas y pertinentes. 
En fin, es suficiente. No creo que con un libro así te cueste trabajo encontrar editor. Por ejemplo, Borrás. 
Espero que mis palabras den respuesta a tus expectativas, cuando depositaste tu confianza en mí al hablarme de este inédito.
Lo que tengo claro es que después de leerlo estoy más cerca aún del amigo que tenía, que tengo, y que por eso has de sentir, como si estuviera ahí, en tu jardín, el fuerte y emocionado abrazo que te mando,
Álvaro